Empresas de inserción: entre la dimensión empresarial y la dimensión social

A fondo

Las empresas de inserción. Una visión holística

Mª Luisa Esteve Arnal, economista. Directora Asociación aragonesa empresas Inserción AREI. Vicepresidenta FAEDEI

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Las Empresas de Inserción se consolidan como la herramienta más eficaz y eficiente de las políticas activas de empleo para las personas más vulnerables. Van a ser más necesarias que nunca para adecuar y orientar a las personas más vulnerables hacia las nuevas necesidades y demandas del tejido empresarial, garantizando la igualdad de oportunidades.

 

Introducción

Que son las Empresas de inserción

La exclusión social constituye hoy en día uno de los principales problemas sociales. Según los últimos datos disponibles de la Encuesta de Condiciones de Vida del año 2023, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social en España aumentó hasta el 26,5% desde el 26,0% de 2022.

El fin de la pobreza y la exclusión social es el primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS establecidos por Naciones Unidas, que identifican los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad y marcan la agenda global de este siglo.

Para este fin, el acceso al empleo ha demostrado ser el instrumento más eficaz en la sociedad actual. Se ha constituido como elemento central en torno al cual se ordenan las distintas esferas de la sociedad y de los individuos, y es la principal fuente de derechos e integración social. Una de las principales formas de alcanzar la integración social es a través de la integración laboral, y esta es precisamente la misión y fin último de las empresas de inserción.

Las Empresas de Inserción -en adelante EIS, son iniciativas económicas de carácter mercantil y no lucrativo cuyo objeto social es el acompañamiento y la integración a través del empleo de personas en situación o riesgo de exclusión social, y que presentan especiales dificultades para acceder al mercado laboral.

Están promovidas por entidades sin ánimo de lucro que trabajan en el ámbito de la intervención social, y constituyen la herramienta más importante para la puesta en práctica de las políticas activas de empleo con personas vulnerables, ya que son empresas que, de manera autónoma y económicamente viable, realizan actividades de mercado en diferentes sectores, creando empleo y ofreciendo a estas personas itinerarios de formación para la mejora de su empleabilidad, con el fin de que adquieran la cualificación y capacitación profesional, experiencia laboral y las habilidades necesarias que les permita el acceso a un empleo en igualdad de condiciones.

 

Contexto socioeconómico en el que operan

Las EIS operan en el ámbito de la Economía Social e interactúan en el mercado laboral. Aunque en lo cuantitativo no tienen un peso específico alto, en lo cualitativo son el elemento clave que da respuesta a todas las políticas relacionadas con el empleo de inclusión y la igualdad de oportunidades.

Mercado laboral

La crisis sanitaria y el posterior escenario de guerra de los últimos años han provocado y acelerado transformaciones muy significativas en el mercado laboral, con nuevos escenarios para el empleo y nuevas dificultades a las que se van a enfrentar tanto las personas desempleadas como las empleadas, las nuevas generaciones y, sobre todo, las personas más vulnerables.

En general nos encontramos con un crecimiento significativo del desempleo en los sectores tradicionales, consecuencia de los cambios acelerados habidos – en particular la transformación digital y la irrupción de las TICs, y con la creciente importancia del cómo van a afectar estas cuestiones a la sostenibilidad y a la igualdad de oportunidades de las personas en el mercado laboral, cambios que suponen una profunda incidencia en lo laboral y social.

Aunque el momento actual del empleo es bueno desde el punto de vista cuantitativo, en lo cualitativo hay que tener en cuenta las características del desempleo en España y sus debilidades estructurales, los desajustes ente los perfiles profesionales y las demandas del mercado laboral, y los sectores y actividades económicas en declive frente al escenario tendencial y las nuevas ocupaciones emergentes, tras los cambios y nuevos desafíos en el paradigma del empleo con la irrupción de las nuevas tecnologías y la digitalización.

Desde el enfoque del mercado laboral y del empleo de futuro estas son las grandes dificultades a las que se enfrentan los gestores de políticas públicas para la activación en el empleo, dificultades que resultan más complejas de resolver cuando se pone el foco en las personas vulnerables.

Y es aquí donde las EIS toman protagonismo porque, por su amplia experiencia y larga trayectoria, son las mejores aliadas para dar respuesta a los objetivos estratégicos enfocados en lograr una sociedad más inclusiva y cohesionada.

Desde las plataformas asociativas, tanto del ámbito estatal -Federación de Asociaciones Empresariales de Empresas de Inserción, FAEDEI, como del ámbito europeo -ENSIE, se ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo en los últimos años para promover a las EIS como herramienta fundamental para el desarrollo de las políticas de empleo orientadas al fomento de la empleabilidad de las personas más vulnerables y hacia su inclusión real a través del empleo. También a su promoción y difusión, desde el ámbito de la Economía Social, a través de la Confederación Empresarial esPañola de Economia Social -CEPES, máxima organización representativa de la economía social en España, a la que FAEDEI pertenece.

En la actualidad FAEDEI integra a 13 asociaciones autonómicas de EIS, que representan a 301 EIS, que generan un total de 9.570 puestos de trabajo, de los cuales un 62,7% son para personas de inserción[i].

 

Economía Social

Las EIS se identifican y operan en el ámbito de la economía social.

En el ámbito estatal, la economía social -en adelante ES, cuenta con un entorno institucional muy favorable y cuenta con un reconocimiento explícito como palanca de cambio para el desarrollo económico y social sostenible.

El reconocimiento de CEPES como interlocutor institucional y, en consecuencia, el incremento de su protagonismo en los últimos años en la agenda política ha llevado, entre otras cosas, a incluir el término de economía social en los diferentes departamentos y/o ministerios, empezando por el propio Ministerio de Trabajo y Economía Social.

De este reconocimiento institucional se desprende el hecho de ser hoy en día organismo intermedio del Fondo Social Europeo, y también el hecho de tener un Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica, un PERTE específico para la economía social, con el que se están promoviendo proyectos importantes para el impulso de la ES en todo el territorio.

En el ámbito internacional, la ES cuenta con herramientas importantes para el impulso de la ES y de sus valores, entre otras, el Plan de Acción Europeo y la Resolución de Naciones Unidas, el FSE + 2021-2027, con sus estrategias, planes, recomendaciones y objetivos estratégicos, basados en los principios de la ES y en la cohesión social e igualdad de oportunidades. Todas estas iniciativas se están trasladando a los países, con especial intensidad en España, por el desarrollo y peso específico que aquí tiene la ES y que están marcando ya, en buena parte, las reglas en todo aquello que tiene que ver con el futuro del empleo, especialmente, con el empleo de las personas más vulnerables, y que en concreto son:

  • la Estrategia Española de Economía Social 2023-2027,
  • el PERTE de la ES y de los cuidados, con el HUB de vanguardia, dos convocatorias del Plan Integral y con el Fondo de Impacto Social –COFIDES,
  • el programa de Empleo, formación, educación y economía social -EFESO, cofinanciado por el FSE PLUS,
  • el Anteproyecto de Ley Integral de la Economía Social, con las principales demandas del sector para poder cumplir con su fin social, y a la que el Consejo de Ministros dio luz verde el 11 de abril de 2023, y que en la actualidad se está retomando tras el parón sufrido por la convocatoria anticipada de elecciones del Gobierno de España del pasado año 2023.

 

Las empresas de inserción como respuesta multifactorial al empleo inclusivo

El fin primordial de las EIS es lograr la inclusión social de las personas vulnerables en situación o riesgo de exclusión social a través de la inclusión laboral. Para ello, el objetivo principal es lograr su transición al mercado laboral ordinario: cuando la persona ha alcanzado un desempeño óptimo en competencias personales, técnico-profesionales y sociolaborales, a través del desarrollo de su itinerario personalizado en la empresa de inserción, se le promociona hacia el empleo ordinario.

Pero para que las EIS pueda cumplir con su fin social es necesario, por un lado, que puedan crear puestos de trabajo para la inclusión y, por otro lado, que las empresas ordinarias contraten a estas personas cuando finalizan su itinerario, es decir, es imprescindible la creación y consolidación de alianzas público-privadas, con las instituciones y administraciones públicas, así como alianzas privadas-privadas, con las empresas del entorno.

Respecto a las alianzas público-privadas, es necesario que las administraciones públicas tomen conciencia de la necesidad, además de la obligación, de poner en práctica el uso estratégico de la contratación pública, es decir, que la compra publica pase de ser un elemento finalista a un instrumento para el fomento del desarrollo sostenible, estableciendo alianzas con el sector de las EIS para reservar los contratos más adecuados, así como el uso de cláusulas sociales, con el fin de promover la creación de empleo inclusivo. ¿Por qué esta discriminación positiva? ¿Qué beneficios aportan las EIS?

  • Por el impacto social que generan: por cada euro que reciben en concepto de ayuda pública, las EIS retornan a la sociedad importantes beneficios sociales, ambientales y económicos, ligados a su objetivo principal de proporcionar a las personas en situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión un empleo digno.

Las EIS por sí mismas generan importantes beneficios, por un lado, para las administraciones públicas, porque reducen el gasto social, incrementan los ingresos públicos vía impuestos y cotizaciones a la seguridad social, y contribuyen a una imagen pública innovadora y ejemplarizante con la consecución de objetivos sociales.

En este sentido resaltar el dato del Balance Social 2022 de FAEDEI: teniendo en cuenta que la cuantía media de las Rentas Mínimas de Inserción del año 2021 fue de 490,81 euros mensuales, y que en el año 2022 la contratación de las EIS ascendió hasta 1.963 personas perceptoras de Rentas Mínimas de Inserción, el ahorro que han supuesto las EIS para las administraciones públicas en el año 2022 asciende a 11.561.520 euros[ii].

Por otro lado, para las personas vulnerables, generan importantes beneficios en el camino hacia su inclusión e igualdad de oportunidades a la hora de acceder al mercado laboral, y para la sociedad, por el incremento que suponen en cuanto a rentabilidad de la inversión social, en el camino hacia una sociedad más justa y cohesionada

  • Porque al apoyar objetivos sociales, la administración pública transforma políticas pasivas en políticas activas, logrando una mayor eficiencia y eficacia en la gestión de los recursos públicos.

Respecto a las alianzas privadas-privadas, las empresas, a través de sus políticas en responsabilidad social, pueden y deben contribuir a resolver los grandes desafíos a los que nos enfrentamos como sociedad, tales como la pobreza y la exclusión social.

Las EIS, a través del establecimiento de alianzas con las empresas del entorno donde operan, son una valiosa oportunidad para que desarrollen su responsabilidad social, y consoliden relaciones win-win de las que toda la sociedad sale beneficiada ¿de qué tipo alianzas hablamos?

  • De la contratación laboral de las personas trabajadoras de las EIS cuando finalizan su itinerario y se las promociona hacia el empleo ordinario. Las EIS ofrecen servicios de preselección de candidatos / candidatas, formación a la carta, acompañamiento y seguimiento en la incorporación y adaptación al puesto de trabajo, y mejora de la imagen pública como empresas responsables con el empleo de las personas más vulnerables.

¿Qué beneficios reporta la contratación de personas procedentes de las EIS?

Para las empresas, un apoyo al CRECIMIENTO ECONÓMICO SOSTENIBLE, el poder disponer de personal cualificado y comprometido, personas que han recibido la formación necesaria para el desempeño profesional y que han adquirido experiencia en la misma.

Otra cuestión importante, el valor que ganan ante sus propios empleados y empleadas: la inserción de personas vulnerables aporta a la empresa unos valores normalmente difíciles de fomentar, como la cohesión social, la solidaridad o la diversidad, que cada vez son más valorados, mejorando y favoreciendo un buen clima laboral.

Destacar también la generación de valor: el ser responsable socialmente permite mejorar la reputación e imagen de marca, lo que genera valor añadido a la empresa. Asimismo, tener en cuenta las ayudas económicas de las que pueden beneficiarse por contratar a estas personas.

Para las personas trabajadoras procedentes de las EIS, su INCLUSION SOCIAL, porque a través del empleo mejoran su autosuficiencia económica, su calidad de vida, y se favorece su autonomía, independencia, autoestima y relaciones sociales.

Para la sociedad en su conjunto, las EIS favorecen una SOCIEDAD MAS JUSTA Y COHESIONADA, una sociedad más inclusiva, que reduce su fractura social y fomenta el desarrollo local.

  • De la incorporación de las EIS como proveedoras de productos y servicios en sus cadenas de producción: Las empresas pueden desarrollar su RSE a través de la compra de productos y servicios a las EIS, lo que además garantiza tener como proveedores a empresas socialmente responsables,

¿Qué beneficios reporta?

Para la empresa ordinaria, el adquirir productos y servicios de calidad, contando con proveedores que comparten valores de corresponsabilidad en cuanto a integración social, incorporando valor social a su cadena de provisión. Además, la mejora de su reputación genera valor añadido a la marca, lo que puede suponer ganar mercado a través de la diferenciación con sus competidores.

Para la empresa de inserción supone la creación y mantenimiento de empleo de inserción, al verse incrementada su cartera de clientes y/o volumen de facturación. Con carácter general podemos hablar de mejora de la justicia social en general.

Podemos afirmar que las empresas de inserción son la mejor herramienta para la inclusión porque:

  • Trabajan para lograr la igualdad de oportunidades.
  • Son elementos clave para el desarrollo de políticas activas de empleo con las personas más vulnerables.
  • Son empresas vertebradoras del territorio.
  • Son empresas que crean valor en el entorno local en el que operan, por el impacto social y económico que generan, por su orientación a los ODSs, porque favorecen que las personas salgan de sus círculos de vulnerabilidad y puedan tener una vida digna, y porque ofrecen la mejor inversión en capital humano a la sociedad.

Pero aún con estas afirmaciones es necesario dotar al ecosistema de las EIS de los instrumentos y recursos necesarios, financieros y jurídicos, que les permita superar los obstáculos y nuevos retos a los que se enfrentan para ser eficientes en lo social y en lo económico. Y esto es muy importante, porque el principal producto que venden las Empresas de Inserción son las personas.

 

Una breve pincelada de las principales necesidades del sector

  • Un marco jurídico adecuado: Un aspecto clave a abordar, la modificación de la Ley 44/2007, de 13 de diciembre, para la regulación de las empresas de inserción:
    • Es necesario actualizar los perfiles de la exclusión al entorno cambiante, profundizar en los itinerarios de inserción y en la formación, y adecuar el contrato laboral a las necesidades.
    • Salvaguardar el fin social de empresa de inserción: regular aspectos tales como el tipo de entidad que puede promover una EI y reforzar la ausencia del ánimo de lucro a través de la obligatoriedad de no reparto de beneficios, son medidas para evitar el intrusismo de empresas que pretenden lucrarse y beneficiarse de la discriminación positiva, como por ejemplo, en el acceso a concesiones o contrataciones públicas.
    • Dotar a las EIS de los instrumentos y recursos financieros adecuados para favorecer su desarrollo: favorecer la financiación de inversiones para la puesta en marcha de nuevas empresas y/o actividades, dotar adecuadamente las bonificaciones de las cotizaciones de las personas trabajadoras, y de determinados impuestos, etc., son medidas necesarias para impulsar el sector.
    • Es necesario resolver la compatibilidad de las ayudas a las EIS con el mercado común, liberándolas del techo que supone el estar sujetas en muchos casos al Reglamento de minimis
    • Reforzar el cumplimiento de la Ley de contratos del sector público en cuanto a contratación reservada y uso de cláusulas sociales, así como lo dispuesto en la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados respecto a la reserva de determinados mercados.
  • Medidas para la consolidación y crecimiento del sector, y apoyo al emprendimiento: es necesario analizar la proyección de las EIS, valorar las necesidades actuales y futuras del mercado laboral de cara a establecer la formación y cualificación adecuada a las personas vulnerables y/o en riesgo de exclusión, así como la formación continua de las personas responsables de las EIS. También medidas orientadas a la promoción de estudios e investigaciones que pongan en valor el impacto que generan, así como su alineación y contribución a los ODSs.
  • Promoción para la participación de las EIS en nuevas actividades económicas en sectores estratégicos con empleo de futuro, promoviendo su participación en nuevas actividades de interés económico general, derivadas de la economía de los cuidados, de la salud y del bienestar, energías renovables y economía circular, entre otras.
  • Visibilización del sector: Promoción y difusión. Dar a conocer la figura empresa de inserción en el currículo universitario, favorecer la elaboración de publicaciones y estrategias de comunicación, transferencia de buenas prácticas, estudios sectoriales, etc. Es importante posicionar al sector como agente estratégico para el crecimiento y desarrollo sostenible, allá donde intervienen y a través de las actividades económicas que desarrollan, promoviendo el análisis de su impacto y alcance.

Es necesario dotar a las empresas de inserción del ecosistema adecuado para que puedan acceder a todas las posibilidades que ofrece Europa y España -Fondo Social Europeo Plus, PERTE de economía social y de los cuidados, etc., para que puedan hacer frente a los retos actuales y futuros del empleo inclusivo.

 

En resumen

Las Empresas de Inserción se consolidan como la herramienta más eficaz y eficiente de las políticas activas de empleo para las personas más vulnerables. Representan un modelo de economía social de eficacia reconocida para la incorporación al mercado laboral de las personas en situación de desventaja social; son un instrumento de lucha contra la pobreza y la exclusión social a través de la formación y del empleo digno, generan riqueza económica, y tienen un claro compromiso con la cohesión social, el desarrollo local y la sostenibilidad.

Es un hecho constatado que una parte de las personas en situación de vulnerabilidad, a pesar de las medidas de fomento, de las políticas públicas de apoyo, y de todos los procesos e itinerarios complementarios, nunca van a entrar en el mercado laboral porque las empresas no están preparadas para dar acogida a estas personas, ni éstas están en igualdad de oportunidades a la hora de acceder a un empleo. Las EIs desarrollan su trabajo social con las personas que necesitan un último empujón para lograr un empleo que les permita salir de su situación de exclusión y lograr la inclusión plena, y van a ser más necesarias que nunca para adecuar y orientar la formación en el empleo de las personas más vulnerables hacia las nuevas necesidades y demandas del tejido empresarial, garantizando la igualdad de oportunidades.

Las empresas de inserción son los científicos del empleo inclusivo, son la inversión social más rentable, en lo social y en lo económico, y son elemento clave para lograr los fines de igualdad de oportunidades y la cohesión social.

 

 

[i] Memoria Social FAEDEI 2022. Pág. 10 y 11

[ii] Memoria Social FAEDEI 2022. Pág. 23

 

Número 17, 2024
Editorial

Empresas de inserción: entre la dimensión empresarial y la dimensión social

Ante a la insostenible situación por la que atraviesan miles de millones de personas en el mundo que muestran a las claras la inequidad en la distribución de la riqueza del modelo económico vigente, hemos de preguntarnos cuál tiene que ser la alternativa al mismo.

Frente a lo que hoy se promueve desde los medios de comunicación y desde las universidades como un modelo económico de éxito el cual promueve una producción y consumo desmedidos, y que no tiene en cuenta las consecuencias en el daño al medio ambiente, sólo motivado por el afán de la acumulación de riqueza a favor de propietarios y accionistas, consideramos que hemos de volver la mirada hacia otro modelo de gestión de la economía en la cual, resignifiquemos el sentido de lo que la economía tiene que ser en el marco de una sociedad que está formada por PERSONAS, y que ha de estar principalmente a su servicio.

Para nosotros, esa economía puede adoptar diversos nombres, aquí la llamamos ECONOMÍA SOCIAL y tiene instrumentos para llevar a cabo su proyecto, para gestionar una alternativa al modelo económico vigente: otra forma de hacer economía y creemos que SÍ ES POSIBLE HACERLO. De hecho, la economía social se basa en principios del cooperativismo y están incorporados en nuestra legislación

Concretamente podemos advertir que el enfoque de esta economía apunta a dar valor a otra dimensión de la gestión económica, una que la HUMANIZA, otorga valor a los recursos desde la perspectiva de su uso racional en función de la necesidad de las personas y no de la acumulación de capital y riqueza, y prioriza a aquellas que tienen dificultades en nuestra sociedad, como son las personas en situación o riesgo de exclusión.

No obstante, también creemos que desde la economía social hay que tender puentes con las empresas que día a día trabajan en la economía del modelo vigente, que en definitiva es la mayoritaria y donde se generan la mayor parte de las oportunidades. Hay que transformar esa economía, y debe adoptar un paradigma diferente, humanizarse y mirar hacia otros valores, recuperar una gestión económica donde la persona vuelva a ser el centro y el resto de recursos estar a su servicio, una economía, donde la ética tiene que tener su lugar.

Entre las entidades que forman parte de la familia de la economía social, destacamos a una que, al decir del presidente de CEPES, Juan Antonio Pedreño, es quien mejor y más fielmente representa en su esencia y en sus valores, lo que es la economía social, y esta es la EMPRESA DE INSERCIÓN. Jurídicamente puede ser una sociedad de capitales, que por el tipo de objeto social que persigue (la inserción laboral de personas en riesgo de exclusión) y estar promovida por una asociación o fundación que también persiga el mismo fin, puede ser calificada como tal. Pero lo que destaca en este tipo de empresa, es la sensibilidad y la solidaridad, al posibilitar a personas en una situación particularmente difícil a retomar el camino hacia la normalización de sus vidas de cara a la obtención de una oportunidad en su tránsito hacia el empleo ordinario, pero sin perder de vista el objetivo de que estas personas deben hacerlo con un compromiso personal aportando de sí, en un entorno real de empresa.

Hasta que se legisló este tipo de figura en el año 2007 hubo muchos antecedentes, pero desde entonces, la empresa de inserción ha resultado ser una herramienta de trabajo muy eficaz para colectivos desfavorecidos, posibilitando su reinserción laboral, contribuyendo en la solución de un problema social; y también favoreciendo como empresas sociales en brindar bienes y servicios.

Por otra parte, mirando al futuro, las empresas de inserción tienen todavía camino por recorrer, al contar con importantes desafíos, tal y como seguir mejorando la gestión del delicado equilibrio entre su dimensión y empresarial, es decir, competir en el mercado, pero sin olvidar que son empresas con una misión social; gestionar la tensión existente entre el tiempo que requieren las personas para la formación en competencias, con la duración máxima de sus contratos; o conseguir un mayor protagonismo de estas empresas sociales en la prestación de contratos que se llaman a licitación y tener mayores posibilidades de poder crear empleo social.

Las empresas de inserción miran con esperanza el futuro y ante estos desafíos no decae el ánimo, en estos últimos años se ha crecido y se espera seguir haciéndolo.

 

Número 17, 2024
A fondo

Empresas de Inserción: cooperar para generar procesos integrales

Ignacio Martínez Morales. Departamento de Sociología y Antropología Social. Grupo de investigación TRANSICIONS. Universitat de València

 

Las Empresas de Inserción suponen un recurso valioso para trabajar frente a la exclusión y vulnerabilidad social. Pero la conjunción de su carácter empresarial, social y como agente en las políticas públicas, genera tensiones ante la complejidad de afrontar de modo integral su labor y plantea la necesidad de hacerlo desde la cooperación con otros agentes.

 

Las Empresas de Inserción (EI) suponen un recurso valioso para trabajar frente a la exclusión social, poniendo su foco en la relevancia del trabajo como elemento vertebrador de nuestra identidad social y, por tanto, de la construcción de buena parte de nuestros vínculos sociales. Estas iniciativas empresariales surgen con el apoyo de entidades promotoras vinculadas al Tercer Sector. Pretenden proporcionar a los trabajadores herramientas para desarrollar un aprendizaje en un entorno productivo real, que les sirva para, posteriormente, incorporarse al mercado laboral ordinario. Pero parten de la conciencia de que las condiciones de posibilidad que permiten que los individuos aprovechen sus oportunidades están desigualmente repartidas en función del origen social. Por ello apuestan por un planteamiento compensatorio del desarrollo de la empleabilidad y se configuran como espacios laborales con apoyo, pensados para personas que están en proceso de salir de situaciones de vulnerabilidad o de exclusión. Para ello se diseñan como recursos de inserción o de transición hacia el mercado laboral ordinario.

 

1. La complejidad de los procesos de inserción

La realidad de la exclusión es multidimensional: depende del trabajo (fuente de recursos y modo de participación social y de desarrollo personal), de las condiciones sociales que posibilitan la construcción de vínculos y relaciones (sentido de pertenencia) y de los procesos de reconocimiento social (ligados a las identidades y a los derechos de ciudadanía). Por ello, el objetivo de las EI va más allá del desarrollo de las competencias profesionales, aunque éstas sean centrales. El concepto de itinerario de inserción hace referencia a la importancia de construir procesos complejos y personalizados que, aunque giren en torno al desempeño o funcionamiento laboral, deben considerar el conjunto de necesidades del trabajador. La existencia de dos figuras clave en el acompañamiento de esos itinerarios (una más centrada en el desarrollo profesional, y otra en el personal y social) evidencian la sensibilidad desde la que se configuran estas empresas.

En cualquier caso, el aprendizaje de un oficio permite desarrollar experiencias en que se potencia la autonomía y responsabilidad personal, fundamentales para los procesos de inserción. Aunque hay que tener en cuenta que existen numerosos condicionamientos sociales que dificultan estos procesos, especialmente las condiciones de precariedad laboral que rodean buena parte de los trabajos en los oficios menos cualificados. Por eso, trabajar para incrementar la autonomía profesional y personal, como clave para afrontar la propia vida, implica también dotar a la persona de herramientas y conocimientos que le permitan una comprensión y participación activa y crítica en su entorno laboral.

 

2. El acompañamiento de itinerarios personalizados, como modelo de intervención ante la experiencia de exclusión

La conjunción de situaciones de precariedad laboral, pobreza, fragilidad de las relaciones sociales o discriminación de las identidades culturales lleva a una ruptura de los vínculos con la sociedad. Cuando las condiciones de vida generan experiencias de vulnerabilidad y exclusión, la persona acaba por interiorizar que la realidad que le arrolla es algo inamovible, que le supera y deja a la intemperie. Ante esto, el reto es generar condiciones vitales (en el contexto de proximidad, o en el organizacional, como en las EI) que posibiliten otro tipo de experiencias desde las que ir construyendo itinerarios de inserción.

Para ello es fundamental partir de la construcción de procesos dialógicos, que requieren tiempo y sistematización para su seguimiento. La comunicación es clave para que los procesos partan desde el potencial, capacidades e inquietudes de las personas, manteniendo las expectativas y el reconocimiento sobre ellas. Hay que tener en cuenta que lo que se acompaña son procesos, con sus ritmos y fases. Por eso es importante el establecimiento de un compromiso mutuo sobre el itinerario de inserción, que adquiere la forma de un convenio de inserción. En éste se establecen los principales objetivos y actuaciones para mejorar la empleabilidad y posibilitar la inserción personal, social y laboral, concretando las responsabilidades de su ejecución, así como los criterios de seguimiento, evaluación y ajuste del plan.

De este modo, el funcionamiento de las EI pretende generar dinámicas que alteren la experiencia de exclusión. Ofrece una estabilidad que permite afrontar la inserción como un proceso que se va construyendo paso a paso y que hay que acompañar, posibilitando la experiencia de reconocimiento, de comprensión de la propia actuación en el entorno y de interiorización de pautas para la toma de decisiones. Es clave la conciencia del trabajador como agente de su proceso y de su aportación a la organización, tanto en lo productivo como en lo relacional. Esa conciencia, junto con la comprensión crítica de los condicionantes de sus contextos, permiten dar pasos más estratégicos que refuercen su empoderamiento, tanto como trabajador como ciudadano.

 

3. Afrontar las tensiones derivadas de la diversidad de objetivos y lógicas en juego requiere trabajar desde la cooperación con otros agentes

Las EI son empresas que han de competir en el mercado, generando una productividad suficiente como para ser económicamente viables. Pero también son entidades con un fin social y formativo, dirigido a población vulnerable, que interactúan en el contexto del Tercer Sector de acción social. Y, en tercer lugar, son agentes que participan del diseño y desarrollo de políticas públicas en estrecho contacto con las Administraciones Públicas, responsable de su regulación y supervisión, por un lado, pero también con las que se actúa como interlocutor.  De este modo, las tensiones entre los diferentes objetivos y lógicas que se viven en las EI, nos hablan de la complejidad de afrontar de modo integral su labor y de la necesidad de hacerlo desde la cooperación con otros agentes. Una cooperación que abarque a empresas de su sector, a otras EI, a agentes públicos implicados en las políticas de empleo y a plataformas que agrupen a las propias EI.

 

a) Desde la dimensión productiva.

Las EI son empresas que necesitan funcionar en un entorno productivo competitivo, a la vez que han de incorporar a esa dinámica a personas vulnerables. Esto implica una complejidad que se revela, por ejemplo, en las tensiones entre el carácter de empresas de transición al mercado laboral ordinario (con itinerarios de un máximo de tres años) y la necesidad de contar con personal cualificado y conocedor de las dinámicas productivas, algo esencial para ser competitivo en cada sector. Esa misma tensión puede incidir en las prácticas de selección de trabajadores que requiere una buena definición de criterios, que tengan en cuenta las necesidades, intereses y aptitudes personales, pero también los requerimientos del puesto de trabajo y las necesidades derivadas de la situación general de la empresa.

Facilitar ese carácter de transición requiere la colaboración con el entorno productivo, de modo que el conocimiento mutuo con las empresas del sector ayude a eliminar prejuicios sobre los trabajadores de inserción; o permita facilitar los procesos de intermediación de cara a la búsqueda de empleo en el mercado laboral ordinario, incluso acompañando los procesos de incorporación en las empresas; o fomente los acuerdos de cooperación productiva en que la EI aporta personal de cara a labores específicas, en la línea de los enclaves laborales.

La cooperación con otras EI podría facilitar sinergias de cara a los procesos productivos y la formación en sectores que requieran un trabajo más diversificado. Igualmente, la configuración de entidades que aglutinen a EI de un sector puede ser clave de cara al asesoramiento ante sectores en transformación, para articular su colaboración, facilitar procesos de reorganización productiva y generar dinámicas de innovación compartidas. Estas iniciativas permitirían promover y hacer visible la labor de las EI en sectores productivos con nuevas oportunidades y abrir mercados en los mismos.

En este ámbito también puede ser clave la colaboración desde las entidades promotoras, que faciliten recursos para el análisis de las necesidades productivas en el sector, así como para la mediación y seguimiento en la incorporación al mercado de trabajo, poniendo sus propias redes a disposición de las EI. Una cooperación que podría ir más allá de la atención a los trabajadores de las EI vinculadas directamente a la entidad promotora, mediante el establecimiento de acuerdos con las asociaciones locales, autonómicas o estatales de EI.

 

b) Desde la dimensión del aprendizaje.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que las EI se constituyen como entornos de aprendizaje, en que el propio funcionamiento de la organización, su labor de producción, su trato con la clientela, etc. generan oportunidades de desarrollo de competencias técnicas o sociales. Su carácter empresarial hace que la orientación hacia la producción pueda entrar en conflicto con las necesidades vinculadas a su carácter formativo.

En ese sentido, podemos encontrar una tensión entre las demandas del mercado y las necesidades de los procesos de aprendizaje y del propio itinerario de inserción. La experiencia relatada desde las mismas empresas nos habla a menudo de que las urgencias por desarrollar las labores productivas entran en conflicto con la necesidad de dedicar tiempo al diálogo (personal o grupal) que permita un acompañamiento eficaz, que visibilice los avances y vaya marcando pautas de continuidad de los procesos en marcha.

También puede generar tensión la necesaria atención a las demandas de los clientes, con los procesos de aprendizaje de las competencias, que en ocasiones requieren un planteamiento más procesual. Por ejemplo, cuestiones como la intensificación de los ritmos de trabajo, que pueden formar parte del propio aprendizaje de cara al mercado ordinario, pueden convertirse –sin un adecuado acompañamiento- en dinámicas de presión difíciles de afrontar para las personas cuando aún se encuentran en situaciones más frágiles, sobre todo al principio de los procesos.

Igualmente, hay sectores que requieren tareas difícilmente compatibles con el aprendizaje de la polivalencia de cara al tránsito al mercado laboral ordinario. En la medida en que la dinámica productiva imposibilita la rotación de tareas, eso puede suponer una dificultad en el proceso de inserción. Además, las tareas más rutinarias e individualizadas dificultan el desarrollo de competencias transversales tan relevantes como la toma de decisiones o el trabajo en equipo. Cuestiones todas estas que son un hándicap tanto de cara al proceso de transición al mercado laboral, como para el desarrollo personal. Lo que requeriría reforzar los espacios y tiempos de acompañamiento en que trabajar esas competencias.

La creación de entidades de apoyo o redes sectoriales de empresas podría impulsar una definición de los procesos formativos más relevantes para desarrollar las competencias técnicas y transversales consideradas claves en el sector, partiendo de un buen análisis de su evolución, retos y estrategias de innovación. Esto permitiría articular procesos de aprendizaje más completos que combinen actuaciones más diversificadas en el sector.

Por otro lado, es fundamental contar con servicios de formación y acompañamiento adicionales a la EI. Unos servicios que pueden venir desde las entidades promotoras, desde otras entidades sociales o también desde entidades públicas formativas. Esta colaboración podría apoyarse, por ejemplo, en la construcción de itinerarios certificables en base a microformaciones (LO3/2022 de Formación Profesional), en el impulso a procesos de acreditación, o en facilitar procesos de seguimiento para la búsqueda de empleo con recursos públicos especializados.

 

c) Desde la dimensión de la construcción de itinerarios de inclusión social.

Los itinerarios de inserción requieren dar respuesta a diversas necesidades sociales de los trabajadores de la EI que van más allá de la cualificación profesional. La EI asume un compromiso para acompañar a la persona de un modo integral. Pero esto, a menudo choca con las propias necesidades productivas y con los conocimientos y posibilidades de los propios trabajadores acompañantes. En aquellas ocasiones en que la entidad promotora de la EI cuenta con servicios más integrales (asesoramiento jurídico, gestión de ayudas económicas, vivienda, salud, adicciones, intermediación familiar, intermediación laboral, etc.), estos suelen mantener una estrecha colaboración en el acompañamiento de los itinerarios.

Cuando no se cuenta con ese tipo de estructuras de apoyo, es fundamental que las EI establezcan redes de colaboración con entidades desde las que reforzar la construcción y acompañamiento de itinerarios integrales, atendiendo a las necesidades ya comentadas. Especialmente, la colaboración con instituciones públicas puede ser muy relevante, tanto como proveedora de información y servicios sociales o de promoción de empleo, como para contar con recursos (por ejemplo, instalaciones, campos de prácticas para el aprendizaje, etc.) desde los que construir proyectos de interés social (por ejemplo, para el municipio), a la vez que para la promoción de los itinerarios de inserción.

Estos itinerarios requieren, como se ha expuesto, un acompañamiento basado en el encuentro, la comunicación y el reconocimiento. Para ello es fundamental dedicar tiempo y clarificar procedimientos. Si bien muchas EI cuentan ya con ello, no todas lo consiguen, en buena medida por los conflictos con las urgencias productivas. Para facilitar esos procesos es fundamental una comunicación fluida y sistemática con las entidades vinculadas a cada itinerario (promotoras y otras entidades sociales) que faciliten -con las garantías de confidencialidad pertinentes- información sobre aspectos específicos del proceso de inserción. Esto permitiría centrar la labor de los trabajadores acompañantes en la gestión de esos momentos de encuentro, contrastando los procesos personales y potenciando la participación activa en el contexto de la EI y, cuando llegue el momento, la preparación de la salida al mercado laboral.

 

d) Desde la dimensión de agencia sociopolítica.

Las EI cumplen un papel relevante como agentes que participan activamente en la gestión y desarrollo de las políticas de formación y empleo. Su experiencia les dota de un saber hacer que es un input valioso para estas políticas. Para que sus aportaciones lleguen a las Administraciones Públicas es fundamental la articulación de estas empresas en entidades de segundo orden (por ejemplo, federaciones o asociaciones de EI, como FAEDEI) desde las que realizar propuestas o demandas colectivas para la concreción de políticas de empleo, de inserción, sociales… Esto también les permite la difusión y asesoramiento de propuestas para las propias EI (por ejemplo, sobre el uso de los procedimientos de cuotas de reserva en la contratación pública para entidades de interés social). También es relevante su actuación como interlocutores ante empresas, por ejemplo, para poner en valor la colaboración con las EI para reforzar las políticas de responsabilidad social corporativa. Igualmente pueden dar a conocer a la sociedad la cartera de servicios que ofrecen las EI, sensibilizando sobre el valor social de su contratación.

También es relevante la organización de redes o entidades que agrupen a diferentes EI ligadas a determinados sectores productivos. Esto, además de la cooperación de cara a la innovación productiva o a la propuesta y gestión de certificados de profesionalidad, de lo que ya hemos hablado, les permite participar como agentes relevantes en la articulación de propuestas de cara al uso de los fondos públicos y la articulación de las propuestas de empleo y desarrollo en su ámbito productivo.

 

e) Algunos ejemplos de colaboración

En estas líneas he trazado tan solo algunos de los retos y propuestas que me han parecido más relevantes y que surgen desde la reflexión y quehacer cotidiano de las EI y las entidades que les apoyan. A continuación, comento brevemente diversos ejemplos de colaboración que responden a algunos de los retos comentados.

Un ejemplo de cooperación lo encontramos en la EI Viveros el Sembrador, con la que colaboran el ayuntamiento de Hellín (que cede infraestructuras) y la empresa Naturaleza y Tecnología de la Mancha SL, consultora medioambiental, que participa en la gestión del vivero y aporta su conocimiento del sector, reforzando su política de RSC. La Fundación el Sembrador, agrupa en su patronato a Cáritas Albacete, la Universidad de Castilla la Mancha y la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA). Mantiene servicios de formación laboral y promoción de empleo en empresas ordinarias y desarrolla proyectos de promoción rural desde sus EI y con apoyo de las administraciones públicas. Otro ejemplo es el proyecto del Cortijo Covaroca, que ha contado con la cesión de equipamientos del gobierno autonómico de Castilla la Mancha.

El proyecto de Moda re-, cooperativa de iniciativa social, agrupa una extensa red de entidades dedicadas al sector de la recuperación textil. Mantiene proyectos de colaboración con grandes empresas de cara a la investigación y desarrollo en el sector (por ejemplo, Inditex o la química Basf, implicadas en el proyecto Loopamid). Moda-re es un agente relevante en la negociación con las administraciones y para el análisis y gestión de propuestas dirigidas a las empresas (de inserción y ordinarias) del sector. También colabora con empresas en actuaciones en el marco de la de la Ley 7/2022 (de residuos y suelos contaminados para una economía circular), por ejemplo, para promover el sistema de responsabilidad ampliada del productor textil. Además, su papel es muy relevante, sensibilización y formación a las entidades de recuperación.

En el ámbito de la economía circular trabaja la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (AERESS), a la que pertenecen diversas EI y entidades promotoras. Desarrolla una importante labor de comunicación institucional (como consultora en temas de residuos en el ámbito estatal y europeo) y de sensibilización de cara a la sociedad. Su aportación es fundamental de cara al desarrollo de procesos de gestión de residuos, así como a la comercialización de productos. Ha desarrollado proyectos de colaboración con empresas, (por ejemplo, con la empresa BSH electrodomésticos, para el tratamiento de los residuos por parte de EI y otras entidades).

En otro sentido es interesante la labor que realiza la Federación de Asociaciones de Empresas de Inserción (FAEDEI) en el ámbito del asesoramiento a las EI, articulando su reflexión compartida y la sistematización de procesos productivos y de acompañamiento formativo y social (herramientas para sistematizar los procesos de trabajo en las EI, o sobre la acreditación de competencias, análisis de la legislación relevante, por ejemplo, en torno a la contratación protegida, valoración de cambios en sectores productivos…). Además, FAEDEI aporta la perspectiva de las EI ante las administraciones públicas, entidades empresariales y la sociedad, por ejemplo, ofreciendo datos fiables sobre el impacto social y económico de las EI. Colabora con universidades, por ejemplo, con la Universitat de València, con la que ha promovido la celebración de los Seminarios de acompañamiento en EI.

Por lo que se refiere a la cooperación desde las entidades promotoras, Tots Units, promotora de la EI Reciplana, integrada en la red Koopera, mantiene servicios integrales de apoyo formativo, orientación e intermediación laboral. Igualmente, la Fundación Lesmes, con una importante implantación en Burgos, promueve una red de EI a las que apoya con recursos propios integrales (vivienda, centro de integración social, apoyo familiar, intervención en situaciones de crisis, equipos de inclusión social…) parte de los cuales cuentan con financiación pública.

Por otro lado, Peñascal Kooperativa es una entidad promotora de EI que articula itinerarios formativos para la inserción. En ellos se combinan recursos propios para la formación (cursos de FP reglada y formación para el empleo), con servicios propios de orientación (vinculados, además con recursos de una extensa red de entidades públicas, incluyendo Lambide, responsable de las políticas de empleo del gobierno vasco) y, por supuesto, las propias EI promovidas por la cooperativa.

Un ejemplo de colaboración con las administraciones públicas lo ofrece la Asociación Aragonesa de Empresas Inserción (AREI), que integra una importante red de EI en el entorno de Zaragoza. Ha participado mediante convenio en el Plan de Inclusión Sociolaboral del Ayuntamiento de Zaragoza, lo que implica la colaboración con los servicios sociales municipales, y que las EI desarrollaran trabajos de interés público para el ayuntamiento. También desarrolla actuaciones de sensibilización dirigidas a empresas y alianzas con sectores empresariales.

Otro ejemplo lo ofrece la Fundación Deixalles, que promueve las EI Deixalles Serveis Ambientals y Triamdetot, y mantiene un acuerdo con el Consell de Mallorca y las empresas TIRME y Mac Insular para la gestión de la recogida selectiva de residuos en Mallorca (salvo Palma), y el mantenimiento de plantas de envases, residuos y recuperación de voluminosas. Además, mantiene contactos con la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca y promueve servicios propios de formación, orientación, salud mental.

Son muchos más los ejemplos de cooperación entre EI y otras entidades. Tan solo he querido señalar algunos que me parecen de interés para lo comentado en el texto. La creatividad y buenas prácticas las EI y sus entidades promotoras siguen abriendo oportunidades de futuro cotidianamente.

 

Bibliografía

Álvarez, L; Cózar, S; Martínez, E; y Melían, S. Tejiendo alianzas público-privadas para la generación de empleo de inserción. Noticias del CIDEC, 60, 2019; págs. 55-68.

Marhuenda, F (coord.). Empresas de Inserción. Economía social desde todos los puntos de vista. Noticias del CIDEC, 60, 2019; págs.38-74.

Marhuenda, F., Martínez, N., Aróstegui, I. & Galarreta, J. Nudos en el acompañamiento y la formación en las Empresas de Inserción: Agenda de temas pendientes. CIRIEC-España, Revista de Economía Pública, Social y Cooperativa, 98, 2020; págs. 247-285.

Venegas, L: Las entidades de la economía social y los colectivos en riesgo y/o en exclusión social: Necesidades, retos y dificultades en la recuperación post-Covid19. FAEDEI. 2020.

 

Número 17, 2024
A fondo

¿Puede ser España el referente en una Nueva Economía más humana y consciente?

Diego Isabel La Moneda, co-fundador y Director del Foro NESI de Nueva Economía e Innovación Social.

Puedes encontrar a Diego en Linkedin, Facebook, Twitter e Instagram.

Vivimos un momento único en el que crear una Nueva Economía más humana y consciente es más necesario que nunca. En España ya existen múltiples ejemplos exitosos de organizaciones que aplican diversos modelos de Nueva Economía, lo que sitúa al país en una situación perfecta para convertirse en referente de esa economía que el mundo necesita.

LOS GRANDES CAMBIOS EN EL SIGLO XX

Tras las dos guerras mundiales y la Gran Depresión, o crisis de 1929, políticos, economistas y una gran variedad de pensadores fueron capaces de visionar una nueva sociedad que, dejando atrás todo lo malo que habían vivido en las décadas pasadas y los odios generados por las guerras, sirviera de horizonte común hacia el que caminar.

¿Qué fuerza les motivó a crear una visión de futuro compartida? En su caso, fue la fuerza de la urgencia. La crisis de los años treinta y la Segunda Guerra Mundial habían destrozado las economías domésticas de muchos países y habían dejado atrás ciudades arrasadas, industrias destruidas, hambre y, sobre todo, la pérdida de millones de vidas humanas. En los años posteriores a la guerra, el rencor, la tristeza y la incertidumbre sobre el futuro eran las emociones compartidas por la mayoría de los habitantes del planeta.

La necesidad de actuar fue lo que llevó a los líderes de las grandes potencias mundiales, tanto las ganadoras como las perdedoras, a poner en marcha nuevas visiones de futuro, planes de acción e inversiones que devolvieran la ilusión y contribuyeran a caminar hacia un mundo mejor. Así, los Estados Unidos se centró en fortalecer su economía e industria local a la vez que lanzaba el European Recovery Program (ERP) conocido como Plan Marshall1, un ambicioso plan de inversiones por valor de 13.000 millones de dólares para reconstruir la economía europea en base al modelo capitalista. Por su parte, la Unión Soviética apostó por la economía comunista, modelo que expandió hacia sus países limítrofes, en especial los denominados Países del Este, como muro de contención ante los países occidentales.

Durante las décadas posteriores, las dos visiones económicas se expandieron por todo el planeta hasta la caída del Muro de Berlín2 en 1989, momento en el que la economía capitalista quedó como modelo predominante. La influencia del capitalismo ha sido tal que incluso países de base comunista, como China, se han abierto al comercio global como modo de crecimiento a través del denominado capitalismo de Estado3.

EL MUNDO HOY 

En la actualidad vivimos un momento similar al vivido tras la Segunda Guerra Mundial. Aunque no hemos tenido la pérdida de vidas y las desgracias que una guerra mundial genera, las mismas emociones de aquella época, rencor, tristeza e incertidumbre sobre el futuro, están presentes en el día a día de las personas.

Tras la crisis financiera del 2008 no se tomaron medidas para regenerar la economía, por lo que ya antes de la pandemia del COVID 19 y la guerra de Ucrania periódicos de todo el mundo y revistas como The Economist4 hablaban de la siguiente gran recesión. La falta de reformas nos ha traído a una segunda década del siglo XXI en la que en los países desarrollados se asume que las nuevas generaciones vivirán peor que las anteriores. El cambio climático es algo comúnmente aceptado y también lo es la incapacidad de los países para afrontarlo. Muchos de los límites planetarios, metodología desarrollada en 2009 por el Stockholm Resilience Centre5, han sido superados, lo cual genera cambios irreversibles en muchos ecosistemas. Según el World Inequality Report 20226 las desigualdades siguen creciendo a nivel global. Además, la guerra de Ucrania nos ha devuelto a una especie de nueva guerra fría, vinculada a la economía y la energía, vivimos el auge de populismos y extremismos y la polarización y crispación crecientes hacen peligrar las democracias y muchos de los logros sociales alcanzados.

LA NUEVA ECONOMÍA YA ESTÁ ENTRE NOSOTROS

En medio de este mundo convulso, durante las últimas décadas hemos vivido el emerger de diferentes propuestas económicas que se postulan como alternativas al actual modelo. Frente a las visiones más neoliberales, seguidoras de la doctrina de Milton Friedman centrada en satisfacer a los accionistas mediante la maximización de los beneficios, surgen modelos que abogan por una economía que esté al servicio de las personas y el planeta, la denominada Nueva Economía definida en la Carta NESI7 en 2017.

Esa Nueva Economía resulta de la suma de las propuestas de diferentes modelos. Algunos con una componente más humana y centradas en el propósito social, como la Economía Social y Solidaria, el Comercio Justo, la Economía de los Cuidados, la Economía de Francisco, liderada por el propio papa Francisco, la Economía del Bien Común o las empresas B Corp. Otras propuestas están más orientadas a conservar el planeta, como la Economía Verde, la Economía Rosquilla o Donought Economics de Kate Raworth, la Economía Circular o la Economía Regenerativa, e incluso algunos modelos que buscan transformar la banca y las finanzas, como la Banca Ética y la Inversión de Impacto.

UNA GRAN OPORTUNIDAD. ESPAÑA COMO REFERENTE DE UNA NUEVA ECONOMÍA MÁS JUSTA, SOSTENIBLE Y CONSCIENTE

España es un país en el que las principales problemáticas globales son especialmente palpables. A nivel medioambiental, los efectos del cambio climático los percibimos a través del aumento de las temperaturas extremas y de episodios de lluvias torrenciales o sequías. Estos cambios en el clima ya están afectando directamente a la economía, como por ejemplo a la producción agrícola, en especial en el sur de la península a causa una creciente escasez de agua y el avance de la desertificación. En cuanto a las desigualdades sociales, según el informe FOESSA 2022, en España las desigualdades siguen creciendo y se intensifican en los casos de exclusión social más severas, pasando del 8,6% de la población, en su última medición en 2018, al 12,7% en 20228. Además, la polarización política e ideológica está creando un creciente estado de crispación que hace que escenarios de enfrentamiento social, hasta hace solo unos años impensables, ahora pueden visualizarse como escenarios posibles en un futuro cercano.

Ante esta compleja realidad, las propuestas de la Nueva Economía siguen avanzando en el ámbito empresarial, financiero y social. El crecimiento y la solidez de los ejemplos existentes en España hacen que nuestro país tenga la oportunidad de transformar su languideciente economía en base a las experiencias prácticas y las evidencias de éxito que las diferentes nuevas economías nos presentan.

A continuación, se presentan ejemplos reales de diferentes modelos de Nueva Economía presentes en España y el resto del mundo, y también ejemplos de experiencias que integran las mejores propuestas de diferentes modelos.

ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA Y ECONOMÍA DE LOS CUIDADOS. LAS PERSONAS LO PRIMERO

La Economía Social y Solidaria es un modelo ya consolidado en España, según CIRIEC9 engloba a 47.511 empresas y 37.183 entidades sin fines de lucro de acción social y fundaciones que emplean de forma directa a 1,35 millones de personas y suponen el 8,47% del PIB. Su carácter diferencial es el situar a la persona en el centro de la actividad empresarial, tanto a la hora de ser parte de la toma de decisiones – como en las cooperativas, dónde las personas trabajadoras son las propietarias de la empresa -, como a la de facilitar el acceso al mercado laboral a aquellas personas con más dificultades. De este modo, en España, en la economía social se incluyen formas jurídicas pioneras en la democratización de las organizaciones, como las cooperativas, las sociedades laborales y las asociaciones, figuras que trabajan por la inserción laboral de personas con discapacidad, como los centros especiales de empleo, y fórmulas sin ánimo de lucro como las fundaciones, en las que el interés social prevalece sobre el económico y donde todos los ingresos se reinvierten en su fin fundacional10. Además, la Economía Social está vinculada a la Economía de los Cuidados11, aquellas actividades que generan empleo a la vez que cuidan de personas.

En el año 2021, en España existían 23.584 cooperativas12 y entre ellas una de las mayores y más reconocidas a nivel internacional, Mondragón, que ese mismo año contaba con 80.821 cooperativistas13. Entre las organizaciones que trabajan por insertar en el mercado de trabajo a aquellas personas que lo tienen algo más difícil, destaca el Grupo Social ONCE14, también referente internacional por su labor de inclusión social de las personas ciegas y con otras discapacidades. Este grupo emplea a más de 71.000 personas, el 58% con discapacidad, a través de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), la Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión Social de Personas con Discapacidad y el Grupo Ilunion.

También existen múltiples ejemplos de otras organizaciones de tamaño pequeño y mediano que, con formas jurídicas diversas, desarrollan una labor ingente en cuanto a inserción social. Por nombrar algunos ejemplos, la Fundación San Cebrián15 que trabaja con personas con discapacidad psíquica en la provincia de Palencia o el restaurante Universo Santi16 en Jerez de la Frontera que, a partir del legado culinario del prestigioso chef Santi Santamaría, emplea a personas con discapacidad demostrando que cualquier empresa de alto nivel puede llegar al éxito contando con estos colectivos.

Otro modelo que suele vincularse a la economía solidaria es el Comercio Justo17, cuya Coordinadora en España agrupa a 30 organizaciones, que funciona con el principio de que los productores primarios reciban un precio justo por sus productos.

B CORP. EMPRESAS CON PRÓPOSITO B

El movimiento B Corp18 comenzó en los Estados Unidos en 2006 con el fin de crear una red de empresas que antepusieran su propósito social al ánimo de lucro y, además, lo reflejaran en sus estatutos. El movimiento se ha expandido por los cinco continentes como red de empresas B Corp y en Latinoamérica con el nombre Empresas B, dentro del movimiento Sistema B19. En España, el movimiento B Corp no deja de crecer contando, al inicio de 2023, con más de 200 empresas pertenecientes a diferentes sectores. Sector agroalimentario, como el Grupo CAPSAFOOD20 o la propia Danone21, hoteles como el grupo Artiem22 o SLEEPN Atocha23, empresas energéticas como Holaluz24 o de consultoría como Almanatura25, primera empresa B Corp en España, o Bikonsulting26, que además es también una cooperativa.

ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN

En su libro La Economía del Bien Común27 el austriaco Christian Felber propone un nuevo modelo económico en el que el fin último de cada actividad económica sea contribuir al bien común, sustituyendo este al crecimiento económico y a la maximización de los beneficios como principales objetivos. Además, propone medir dicha contribución al bien común mediante un Balance del Bien Común28, que complementa a los tradicionales balances económicos. Este modelo se ha extendido principalmente en Alemania y Austria teniendo presencia en casi todos los países europeos, incluyendo a España con empresas como Oceanográfica29 o Action Waterscapes30, y también en Latinoamérica.

ECONOMÍA DE FRANCISCO

Una nueva economía, inspirada en Francisco de Asís, hoy puede y debe ser una economía amiga de la tierra, una economía de paz. Se trata de transformar una economía que mata en una economía de la vida, en todas sus dimensiones. Con este mensaje, su Santidad el papa Francisco define este modelo que incluye tanto la variable social como la medioambiental, que el propio Papa ya incluyó como pilar central en su carta encíclica Laudato si31 en el año 2015.

DE LA ECONOMÍA VERDE A LA ECONOMÍA CIRCULAR. APRENDIENDO DE LA NATURALEZA

El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) define Economía Verde32 como aquella economía que resulta en un mejor bienestar humano y equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas. Además, el concepto incluye el uso adecuado de los servicios ecosistémicos, tanto para la generación presente como para las generaciones futuras33.

En los últimos años se oye hablar cada vez más de la Economía Circular, como un paso más allá de la mera conservación propugnada por la Economía Verde. Frente a un modelo lineal extractivo y contaminante, la economía circular aprende de la naturaleza, en la que no existe el concepto de residuo ya que todo se reutiliza como entrada de otro proceso. La economía circular se aplica a todo tipo de ámbitos y ha generado innovadores modelos de negocio en diferentes sectores. A continuación, se presentan algunos ejemplos.

Con el propósito de eliminar el desperdicio alimentario y contribuir al Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, Hambre Cero, la empresa de origen danés To Good To Go34 conecta a comercios y restaurantes que tienen productos que caducarán en un tiempo limitado con consumidores que consiguen esos productos a mejor precio a través de un pack sorpresa. De este modo, se elimina el desperdicio, se genera un ingreso extra para el vendedor y los consumidores consiguen un producto de calidad a precio reducido.

La empresa murciana Agrosingularity35, creada en 2019, es otro ejemplo de economía circular aplicada al sector alimentario. A partir de la merma de la producción de las industrias agroalimentarias, elaboran ingredientes en polvo que pasan a ser la entrada de otros procesos.

Cada vez más empresas aplican la economía circular en el sector de la moda, siendo uno de sus referentes Ecoalf36. Nacida con el propósito de eliminar los residuos de plástico de los mares, su fundador Javier Goyeneche desarrolló un modelo de negocio por el cual colabora con pescadores para limpiar los mares y, con los residuos de plástico y redes de pesca obtenidos, se elaboran prendas de alta calidad que incluyen desde chalecos y abrigos hasta zapatillas deportivas.

La economía circular no es nueva en el sector textil, negocios de reparación como los sastres, modistas o zapateros alargan la vida de las prendas y, de este modo, disminuyen los residuos. La venta de segunda mano, en textil, pero también de cualquier otro producto como muebles, decoración o juguetes, por fin está despegando en nuestro país gracias a iniciativas como Wallapop37, que permite, a través de una plataforma digital, la venta directa entre personas o Cash Converters38, que compra los productos a las personas para, tras repararlos y/o someterlos a un control de calidad, venderlos a otras personas que los necesitan a un precio mucho más asequible que un producto nuevo.

ECONOMÍA ROSQUILLA. BIENESTAR SOCIAL RESPETANDO LOS LÍMITES PLANETARIOS

La economista británica Kate Raworth ha desarrollado el modelo Economía Rosquilla (Donought Economics39) que está siendo aplicado por ciudades como Amsterdam y también por diferentes compañías en todo el mundo. El modelo se plasma gráficamente en una rosquilla, en la que el círculo interior representa las necesidades básicas que los humanos necesitamos para desarrollarnos y el círculo exterior los límites planetarios que no deben ser superados por la actividad económica. De este modo, en el centro de la rosquilla queda el espacio para una economía sostenible, distributiva y regenerativa.

LA BANCA ÉTICA Y LA INVERSIÓN DE IMPACTO

El sector financiero ha sido el causante de muchos de los males de la economía y, a consecuencia de ello, de las crisis vividas en los últimos tiempos. A pesar de ello, desde hace décadas existen propuestas de banca y finanzas que se enmarcan dentro de la Nueva Economía. La Alianza Global de Banca con Valores40 agrupa a más de setenta entidades en los cinco continentes que comparten una manera de hacer banca en la que las personas y la conservación del planeta son lo más importante. En España operan dos entidades de esta alianza, Triodos Bank41, referente en el sector a nivel internacional, y Fiare Banca Ética42 que funciona como entidad cooperativa.

La denominada inversión de impacto es aquella que busca un triple retorno social, ambiental y económico. Más allá de las tradicionales finanzas sostenibles, que en general solo buscan evitar los impactos negativos, la inversión de impacto se mide por indicadores de resultados en los que las componentes social y ambiental son tan importantes como la económica. A nivel global, los inversores de impacto se agrupan en el Global Steering Group for Impact Investment43 (GSG), siendo SpainNAB44 su representante en España con entidades innovadoras como Open Value Foundation45, Gawa Capital46 o La Bolsa Social47.

ECONOMÍA REGENERATIVA

La economía regenerativa parte de la idea de que necesitamos no solo conservar el planeta sino regenerar – regresar al origen o génesis – ecosistemas naturales y también la forma en la que los humanos nos relacionamos. Se puede aplicar como agricultura y ganadería regenerativa, a actividades turísticas- en las que el turista contribuye a regenerar un ecosistema – y a otros muchos sectores. Por ejemplo, la empresa argentina Guayaki48 tiene como propósito regenerar la Amazonía y, para alcanzarlo, produce yerba mate apoyando a comunidades locales que regeneran zonas deforestadas. Este modelo recoge lo mejor de todos los anteriores y, probablemente, será uno de los que más relevancia tome en las próximas décadas.

EJEMPLO QUE INTEGRAN DIVERSOS MODELOS DE NUEVA ECONOMÍA

Ya se han visto algunos ejemplos que integran más de un modelo de Nueva Economía, lo que hace que la iniciativa empresarial sea más innovadora y consiga un mayor impacto positivo. Algunos ejemplos españoles relevantes son La Fagueda, Trabensol y Moda-Re. La Fagueda49 es una empresa social que nace con el propósito de integrar a personas con discapacidad y, para ello, elabora productos lácteos aplicando economía circular y produciendo su propia energía a través de energías renovables. Trabensol50 es uno de los referentes en cohousing senior y, además, tiene sus propios huertos urbanos y también disponen de energías renovables. Por su parte, Moda re-51, empresa de reciclaje de ropa de segunda mano impulsada desde Cáritas52, cumple la doble función de generar empleo para personas que tienen mayores dificultades de acceso al mercado laboral a la vez que aplica la economía circular en su modelo de negocio.

¿CÓMO ACELERAR LA TRANSICIÓN HACIA ESA NUEVA ECONOMÍA MÁS HUMANA Y CONSCIENTE?

Vivimos un momento único para reorientar el rumbo de la economía y de la historia, mejorando la vida de millones de personas a la vez que respetamos los límites planetarios. La alternativa, seguir haciendo lo mismo, nos llevaría a escenarios distópicos.

Hemos visto cómo España posee una situación privilegiada al tener múltiples ejemplos reales de las diversas nuevas economías sobre los que construir una transición hacia una economía más humana y consciente. Tenemos todo lo necesario para ponernos manos a la obra, desde la necesidad y urgencia por transformar nuestra economía para evitar más polarización, pobreza y ruptura social, hasta la oportunidad de poner en valor nuestro talento, la diversidad y riqueza de nuestro país y la creatividad y capacidad innovadora de las personas emprendedoras. Además, el Pacto Verde Europeo53 nos marca una hoja de ruta a seguir junto con nuestros aliados europeos.

Entonces, ¿cómo acelerar esta transición? Cada vez más personas, a través de su rol como consumidoras conscientes, ya están haciendo su parte, y también cada vez más empresas están aplicando una o varias de las propuestas de la Nueva Economía. Sin embargo, falta un tercer agente que activar, la parte política. En primer lugar, es necesario que los partidos políticos abandonen sus antiguos y obsoletos paradigmas económicos y entiendan que es necesario hacer cambios y que esos cambios ya son una realidad a través de las propuestas de la Nueva Economía. Segundo, los gobernantes, los agentes sociales y los agentes económicos deben colaborar en la puesta en marcha de políticas públicas que penalicen a las empresas que generan impactos negativos y, sobre todo, que premien a aquellas que, con su labor, además de generar riqueza económica, generan bienestar social y beneficios medioambientales. Esto puede hacerse a través de la compra pública, que en España representa cerca del 20% del PIB54, con programas de innovación social, con la transformación de nuestras ciudades y pueblos con modelos más sociales, ecológicos y vertebradores como el de Ciudad de los 15 minutos y Territorios de los 45 minutos y, por supuesto, dirigiendo las inversiones públicas hacia aquellas organizaciones que son el motor de la creación de esa Nueva Economía más humana y consciente.

Por último, es necesario situar en el centro del debate público la necesidad de transformar nuestra economía y construir una visión país conjunta que nos ayude a eliminar polarizaciones y a trabajar por un proyecto común. El proyecto de construir una Nueva Economía con visión de medio y largo plazo pero que funcione también en el corto plazo. Una Nueva Economía en la que las personas y el planeta están en el centro del modelo.

 

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  51. Moda-Re.  [online] URL:   https://modare.org/
  52. Caritas.  [online] URL:   https://www.caritas.es/
  53. Unión Europea. Pacto Verde Europeo.  [online] URL: https://www.consilium.europa.eu/es/policies/green-deal/
  54. Observatorio de Contratación Pública.  [online] URL:   https://obcp.es/

 

Abril 2023