A fondo

¿Puede ser España el referente en una Nueva Economía más humana y consciente?

Diego Isabel La Moneda, co-fundador y Director del Foro NESI de Nueva Economía e Innovación Social.

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Vivimos un momento único en el que crear una Nueva Economía más humana y consciente es más necesario que nunca. En España ya existen múltiples ejemplos exitosos de organizaciones que aplican diversos modelos de Nueva Economía, lo que sitúa al país en una situación perfecta para convertirse en referente de esa economía que el mundo necesita.

LOS GRANDES CAMBIOS EN EL SIGLO XX

Tras las dos guerras mundiales y la Gran Depresión, o crisis de 1929, políticos, economistas y una gran variedad de pensadores fueron capaces de visionar una nueva sociedad que, dejando atrás todo lo malo que habían vivido en las décadas pasadas y los odios generados por las guerras, sirviera de horizonte común hacia el que caminar.

¿Qué fuerza les motivó a crear una visión de futuro compartida? En su caso, fue la fuerza de la urgencia. La crisis de los años treinta y la Segunda Guerra Mundial habían destrozado las economías domésticas de muchos países y habían dejado atrás ciudades arrasadas, industrias destruidas, hambre y, sobre todo, la pérdida de millones de vidas humanas. En los años posteriores a la guerra, el rencor, la tristeza y la incertidumbre sobre el futuro eran las emociones compartidas por la mayoría de los habitantes del planeta.

La necesidad de actuar fue lo que llevó a los líderes de las grandes potencias mundiales, tanto las ganadoras como las perdedoras, a poner en marcha nuevas visiones de futuro, planes de acción e inversiones que devolvieran la ilusión y contribuyeran a caminar hacia un mundo mejor. Así, los Estados Unidos se centró en fortalecer su economía e industria local a la vez que lanzaba el European Recovery Program (ERP) conocido como Plan Marshall1, un ambicioso plan de inversiones por valor de 13.000 millones de dólares para reconstruir la economía europea en base al modelo capitalista. Por su parte, la Unión Soviética apostó por la economía comunista, modelo que expandió hacia sus países limítrofes, en especial los denominados Países del Este, como muro de contención ante los países occidentales.

Durante las décadas posteriores, las dos visiones económicas se expandieron por todo el planeta hasta la caída del Muro de Berlín2 en 1989, momento en el que la economía capitalista quedó como modelo predominante. La influencia del capitalismo ha sido tal que incluso países de base comunista, como China, se han abierto al comercio global como modo de crecimiento a través del denominado capitalismo de Estado3.

EL MUNDO HOY 

En la actualidad vivimos un momento similar al vivido tras la Segunda Guerra Mundial. Aunque no hemos tenido la pérdida de vidas y las desgracias que una guerra mundial genera, las mismas emociones de aquella época, rencor, tristeza e incertidumbre sobre el futuro, están presentes en el día a día de las personas.

Tras la crisis financiera del 2008 no se tomaron medidas para regenerar la economía, por lo que ya antes de la pandemia del COVID 19 y la guerra de Ucrania periódicos de todo el mundo y revistas como The Economist4 hablaban de la siguiente gran recesión. La falta de reformas nos ha traído a una segunda década del siglo XXI en la que en los países desarrollados se asume que las nuevas generaciones vivirán peor que las anteriores. El cambio climático es algo comúnmente aceptado y también lo es la incapacidad de los países para afrontarlo. Muchos de los límites planetarios, metodología desarrollada en 2009 por el Stockholm Resilience Centre5, han sido superados, lo cual genera cambios irreversibles en muchos ecosistemas. Según el World Inequality Report 20226 las desigualdades siguen creciendo a nivel global. Además, la guerra de Ucrania nos ha devuelto a una especie de nueva guerra fría, vinculada a la economía y la energía, vivimos el auge de populismos y extremismos y la polarización y crispación crecientes hacen peligrar las democracias y muchos de los logros sociales alcanzados.

LA NUEVA ECONOMÍA YA ESTÁ ENTRE NOSOTROS

En medio de este mundo convulso, durante las últimas décadas hemos vivido el emerger de diferentes propuestas económicas que se postulan como alternativas al actual modelo. Frente a las visiones más neoliberales, seguidoras de la doctrina de Milton Friedman centrada en satisfacer a los accionistas mediante la maximización de los beneficios, surgen modelos que abogan por una economía que esté al servicio de las personas y el planeta, la denominada Nueva Economía definida en la Carta NESI7 en 2017.

Esa Nueva Economía resulta de la suma de las propuestas de diferentes modelos. Algunos con una componente más humana y centradas en el propósito social, como la Economía Social y Solidaria, el Comercio Justo, la Economía de los Cuidados, la Economía de Francisco, liderada por el propio papa Francisco, la Economía del Bien Común o las empresas B Corp. Otras propuestas están más orientadas a conservar el planeta, como la Economía Verde, la Economía Rosquilla o Donought Economics de Kate Raworth, la Economía Circular o la Economía Regenerativa, e incluso algunos modelos que buscan transformar la banca y las finanzas, como la Banca Ética y la Inversión de Impacto.

UNA GRAN OPORTUNIDAD. ESPAÑA COMO REFERENTE DE UNA NUEVA ECONOMÍA MÁS JUSTA, SOSTENIBLE Y CONSCIENTE

España es un país en el que las principales problemáticas globales son especialmente palpables. A nivel medioambiental, los efectos del cambio climático los percibimos a través del aumento de las temperaturas extremas y de episodios de lluvias torrenciales o sequías. Estos cambios en el clima ya están afectando directamente a la economía, como por ejemplo a la producción agrícola, en especial en el sur de la península a causa una creciente escasez de agua y el avance de la desertificación. En cuanto a las desigualdades sociales, según el informe FOESSA 2022, en España las desigualdades siguen creciendo y se intensifican en los casos de exclusión social más severas, pasando del 8,6% de la población, en su última medición en 2018, al 12,7% en 20228. Además, la polarización política e ideológica está creando un creciente estado de crispación que hace que escenarios de enfrentamiento social, hasta hace solo unos años impensables, ahora pueden visualizarse como escenarios posibles en un futuro cercano.

Ante esta compleja realidad, las propuestas de la Nueva Economía siguen avanzando en el ámbito empresarial, financiero y social. El crecimiento y la solidez de los ejemplos existentes en España hacen que nuestro país tenga la oportunidad de transformar su languideciente economía en base a las experiencias prácticas y las evidencias de éxito que las diferentes nuevas economías nos presentan.

A continuación, se presentan ejemplos reales de diferentes modelos de Nueva Economía presentes en España y el resto del mundo, y también ejemplos de experiencias que integran las mejores propuestas de diferentes modelos.

ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA Y ECONOMÍA DE LOS CUIDADOS. LAS PERSONAS LO PRIMERO

La Economía Social y Solidaria es un modelo ya consolidado en España, según CIRIEC9 engloba a 47.511 empresas y 37.183 entidades sin fines de lucro de acción social y fundaciones que emplean de forma directa a 1,35 millones de personas y suponen el 8,47% del PIB. Su carácter diferencial es el situar a la persona en el centro de la actividad empresarial, tanto a la hora de ser parte de la toma de decisiones – como en las cooperativas, dónde las personas trabajadoras son las propietarias de la empresa -, como a la de facilitar el acceso al mercado laboral a aquellas personas con más dificultades. De este modo, en España, en la economía social se incluyen formas jurídicas pioneras en la democratización de las organizaciones, como las cooperativas, las sociedades laborales y las asociaciones, figuras que trabajan por la inserción laboral de personas con discapacidad, como los centros especiales de empleo, y fórmulas sin ánimo de lucro como las fundaciones, en las que el interés social prevalece sobre el económico y donde todos los ingresos se reinvierten en su fin fundacional10. Además, la Economía Social está vinculada a la Economía de los Cuidados11, aquellas actividades que generan empleo a la vez que cuidan de personas.

En el año 2021, en España existían 23.584 cooperativas12 y entre ellas una de las mayores y más reconocidas a nivel internacional, Mondragón, que ese mismo año contaba con 80.821 cooperativistas13. Entre las organizaciones que trabajan por insertar en el mercado de trabajo a aquellas personas que lo tienen algo más difícil, destaca el Grupo Social ONCE14, también referente internacional por su labor de inclusión social de las personas ciegas y con otras discapacidades. Este grupo emplea a más de 71.000 personas, el 58% con discapacidad, a través de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), la Fundación ONCE para la Cooperación e Inclusión Social de Personas con Discapacidad y el Grupo Ilunion.

También existen múltiples ejemplos de otras organizaciones de tamaño pequeño y mediano que, con formas jurídicas diversas, desarrollan una labor ingente en cuanto a inserción social. Por nombrar algunos ejemplos, la Fundación San Cebrián15 que trabaja con personas con discapacidad psíquica en la provincia de Palencia o el restaurante Universo Santi16 en Jerez de la Frontera que, a partir del legado culinario del prestigioso chef Santi Santamaría, emplea a personas con discapacidad demostrando que cualquier empresa de alto nivel puede llegar al éxito contando con estos colectivos.

Otro modelo que suele vincularse a la economía solidaria es el Comercio Justo17, cuya Coordinadora en España agrupa a 30 organizaciones, que funciona con el principio de que los productores primarios reciban un precio justo por sus productos.

B CORP. EMPRESAS CON PRÓPOSITO B

El movimiento B Corp18 comenzó en los Estados Unidos en 2006 con el fin de crear una red de empresas que antepusieran su propósito social al ánimo de lucro y, además, lo reflejaran en sus estatutos. El movimiento se ha expandido por los cinco continentes como red de empresas B Corp y en Latinoamérica con el nombre Empresas B, dentro del movimiento Sistema B19. En España, el movimiento B Corp no deja de crecer contando, al inicio de 2023, con más de 200 empresas pertenecientes a diferentes sectores. Sector agroalimentario, como el Grupo CAPSAFOOD20 o la propia Danone21, hoteles como el grupo Artiem22 o SLEEPN Atocha23, empresas energéticas como Holaluz24 o de consultoría como Almanatura25, primera empresa B Corp en España, o Bikonsulting26, que además es también una cooperativa.

ECONOMÍA DEL BIEN COMÚN

En su libro La Economía del Bien Común27 el austriaco Christian Felber propone un nuevo modelo económico en el que el fin último de cada actividad económica sea contribuir al bien común, sustituyendo este al crecimiento económico y a la maximización de los beneficios como principales objetivos. Además, propone medir dicha contribución al bien común mediante un Balance del Bien Común28, que complementa a los tradicionales balances económicos. Este modelo se ha extendido principalmente en Alemania y Austria teniendo presencia en casi todos los países europeos, incluyendo a España con empresas como Oceanográfica29 o Action Waterscapes30, y también en Latinoamérica.

ECONOMÍA DE FRANCISCO

Una nueva economía, inspirada en Francisco de Asís, hoy puede y debe ser una economía amiga de la tierra, una economía de paz. Se trata de transformar una economía que mata en una economía de la vida, en todas sus dimensiones. Con este mensaje, su Santidad el papa Francisco define este modelo que incluye tanto la variable social como la medioambiental, que el propio Papa ya incluyó como pilar central en su carta encíclica Laudato si31 en el año 2015.

DE LA ECONOMÍA VERDE A LA ECONOMÍA CIRCULAR. APRENDIENDO DE LA NATURALEZA

El Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) define Economía Verde32 como aquella economía que resulta en un mejor bienestar humano y equidad social, reduciendo significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas. Además, el concepto incluye el uso adecuado de los servicios ecosistémicos, tanto para la generación presente como para las generaciones futuras33.

En los últimos años se oye hablar cada vez más de la Economía Circular, como un paso más allá de la mera conservación propugnada por la Economía Verde. Frente a un modelo lineal extractivo y contaminante, la economía circular aprende de la naturaleza, en la que no existe el concepto de residuo ya que todo se reutiliza como entrada de otro proceso. La economía circular se aplica a todo tipo de ámbitos y ha generado innovadores modelos de negocio en diferentes sectores. A continuación, se presentan algunos ejemplos.

Con el propósito de eliminar el desperdicio alimentario y contribuir al Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, Hambre Cero, la empresa de origen danés To Good To Go34 conecta a comercios y restaurantes que tienen productos que caducarán en un tiempo limitado con consumidores que consiguen esos productos a mejor precio a través de un pack sorpresa. De este modo, se elimina el desperdicio, se genera un ingreso extra para el vendedor y los consumidores consiguen un producto de calidad a precio reducido.

La empresa murciana Agrosingularity35, creada en 2019, es otro ejemplo de economía circular aplicada al sector alimentario. A partir de la merma de la producción de las industrias agroalimentarias, elaboran ingredientes en polvo que pasan a ser la entrada de otros procesos.

Cada vez más empresas aplican la economía circular en el sector de la moda, siendo uno de sus referentes Ecoalf36. Nacida con el propósito de eliminar los residuos de plástico de los mares, su fundador Javier Goyeneche desarrolló un modelo de negocio por el cual colabora con pescadores para limpiar los mares y, con los residuos de plástico y redes de pesca obtenidos, se elaboran prendas de alta calidad que incluyen desde chalecos y abrigos hasta zapatillas deportivas.

La economía circular no es nueva en el sector textil, negocios de reparación como los sastres, modistas o zapateros alargan la vida de las prendas y, de este modo, disminuyen los residuos. La venta de segunda mano, en textil, pero también de cualquier otro producto como muebles, decoración o juguetes, por fin está despegando en nuestro país gracias a iniciativas como Wallapop37, que permite, a través de una plataforma digital, la venta directa entre personas o Cash Converters38, que compra los productos a las personas para, tras repararlos y/o someterlos a un control de calidad, venderlos a otras personas que los necesitan a un precio mucho más asequible que un producto nuevo.

ECONOMÍA ROSQUILLA. BIENESTAR SOCIAL RESPETANDO LOS LÍMITES PLANETARIOS

La economista británica Kate Raworth ha desarrollado el modelo Economía Rosquilla (Donought Economics39) que está siendo aplicado por ciudades como Amsterdam y también por diferentes compañías en todo el mundo. El modelo se plasma gráficamente en una rosquilla, en la que el círculo interior representa las necesidades básicas que los humanos necesitamos para desarrollarnos y el círculo exterior los límites planetarios que no deben ser superados por la actividad económica. De este modo, en el centro de la rosquilla queda el espacio para una economía sostenible, distributiva y regenerativa.

LA BANCA ÉTICA Y LA INVERSIÓN DE IMPACTO

El sector financiero ha sido el causante de muchos de los males de la economía y, a consecuencia de ello, de las crisis vividas en los últimos tiempos. A pesar de ello, desde hace décadas existen propuestas de banca y finanzas que se enmarcan dentro de la Nueva Economía. La Alianza Global de Banca con Valores40 agrupa a más de setenta entidades en los cinco continentes que comparten una manera de hacer banca en la que las personas y la conservación del planeta son lo más importante. En España operan dos entidades de esta alianza, Triodos Bank41, referente en el sector a nivel internacional, y Fiare Banca Ética42 que funciona como entidad cooperativa.

La denominada inversión de impacto es aquella que busca un triple retorno social, ambiental y económico. Más allá de las tradicionales finanzas sostenibles, que en general solo buscan evitar los impactos negativos, la inversión de impacto se mide por indicadores de resultados en los que las componentes social y ambiental son tan importantes como la económica. A nivel global, los inversores de impacto se agrupan en el Global Steering Group for Impact Investment43 (GSG), siendo SpainNAB44 su representante en España con entidades innovadoras como Open Value Foundation45, Gawa Capital46 o La Bolsa Social47.

ECONOMÍA REGENERATIVA

La economía regenerativa parte de la idea de que necesitamos no solo conservar el planeta sino regenerar – regresar al origen o génesis – ecosistemas naturales y también la forma en la que los humanos nos relacionamos. Se puede aplicar como agricultura y ganadería regenerativa, a actividades turísticas- en las que el turista contribuye a regenerar un ecosistema – y a otros muchos sectores. Por ejemplo, la empresa argentina Guayaki48 tiene como propósito regenerar la Amazonía y, para alcanzarlo, produce yerba mate apoyando a comunidades locales que regeneran zonas deforestadas. Este modelo recoge lo mejor de todos los anteriores y, probablemente, será uno de los que más relevancia tome en las próximas décadas.

EJEMPLO QUE INTEGRAN DIVERSOS MODELOS DE NUEVA ECONOMÍA

Ya se han visto algunos ejemplos que integran más de un modelo de Nueva Economía, lo que hace que la iniciativa empresarial sea más innovadora y consiga un mayor impacto positivo. Algunos ejemplos españoles relevantes son La Fagueda, Trabensol y Moda-Re. La Fagueda49 es una empresa social que nace con el propósito de integrar a personas con discapacidad y, para ello, elabora productos lácteos aplicando economía circular y produciendo su propia energía a través de energías renovables. Trabensol50 es uno de los referentes en cohousing senior y, además, tiene sus propios huertos urbanos y también disponen de energías renovables. Por su parte, Moda re-51, empresa de reciclaje de ropa de segunda mano impulsada desde Cáritas52, cumple la doble función de generar empleo para personas que tienen mayores dificultades de acceso al mercado laboral a la vez que aplica la economía circular en su modelo de negocio.

¿CÓMO ACELERAR LA TRANSICIÓN HACIA ESA NUEVA ECONOMÍA MÁS HUMANA Y CONSCIENTE?

Vivimos un momento único para reorientar el rumbo de la economía y de la historia, mejorando la vida de millones de personas a la vez que respetamos los límites planetarios. La alternativa, seguir haciendo lo mismo, nos llevaría a escenarios distópicos.

Hemos visto cómo España posee una situación privilegiada al tener múltiples ejemplos reales de las diversas nuevas economías sobre los que construir una transición hacia una economía más humana y consciente. Tenemos todo lo necesario para ponernos manos a la obra, desde la necesidad y urgencia por transformar nuestra economía para evitar más polarización, pobreza y ruptura social, hasta la oportunidad de poner en valor nuestro talento, la diversidad y riqueza de nuestro país y la creatividad y capacidad innovadora de las personas emprendedoras. Además, el Pacto Verde Europeo53 nos marca una hoja de ruta a seguir junto con nuestros aliados europeos.

Entonces, ¿cómo acelerar esta transición? Cada vez más personas, a través de su rol como consumidoras conscientes, ya están haciendo su parte, y también cada vez más empresas están aplicando una o varias de las propuestas de la Nueva Economía. Sin embargo, falta un tercer agente que activar, la parte política. En primer lugar, es necesario que los partidos políticos abandonen sus antiguos y obsoletos paradigmas económicos y entiendan que es necesario hacer cambios y que esos cambios ya son una realidad a través de las propuestas de la Nueva Economía. Segundo, los gobernantes, los agentes sociales y los agentes económicos deben colaborar en la puesta en marcha de políticas públicas que penalicen a las empresas que generan impactos negativos y, sobre todo, que premien a aquellas que, con su labor, además de generar riqueza económica, generan bienestar social y beneficios medioambientales. Esto puede hacerse a través de la compra pública, que en España representa cerca del 20% del PIB54, con programas de innovación social, con la transformación de nuestras ciudades y pueblos con modelos más sociales, ecológicos y vertebradores como el de Ciudad de los 15 minutos y Territorios de los 45 minutos y, por supuesto, dirigiendo las inversiones públicas hacia aquellas organizaciones que son el motor de la creación de esa Nueva Economía más humana y consciente.

Por último, es necesario situar en el centro del debate público la necesidad de transformar nuestra economía y construir una visión país conjunta que nos ayude a eliminar polarizaciones y a trabajar por un proyecto común. El proyecto de construir una Nueva Economía con visión de medio y largo plazo pero que funcione también en el corto plazo. Una Nueva Economía en la que las personas y el planeta están en el centro del modelo.

 

  1. Steil, B. The Marshall Plan. Dawn of the Cold War. Simon & Schuster Ltd. 2018
  2. Martín de la Guardia, R. La Caída del Muro de Berlín: El final de la guerra fría y el auge de un nuevo mundo. La Esfera de los Libros. 2019.
  3. Gonzalez, C. El gran sueño de China. Tecno-Socialismo y capitalismo de Estado. Tecnos, 2021.
  4. The Economist. The next recession. How bad will it be?. The Economist. October 2018.
  5. Rockström, J. et al. Planetary Boundaries: Exploring the Safe Operating Space for Humanity. 2009 [online] URL: http://www.ecologyandsociety.org/vol14/iss2/art32/
  6. Chancel, L et al. World Inequality Report 2022. World Inequality Lab. 2022
  7. Fundación Foro NESI de Nueva Economía e Innovación Social. Carta NESI. 2017. [online] URL: https://nesi.es/la-carta-de-nesi/
  8. Fundación FOESSA. Informe FOESSA 2022. Evolución de la Cohesión social y consecuencias de la COVID-19 en España. Madrid. Cáritas Española Editores. 2022
  9. CIRIEC, La Economía Social en España en cifras
  10. Gobierno de España. Ley 50/2002, de 26 de diciembre, de Fundaciones. BOE núm. 310, de 27/12/2002.Capítulo V.
  11. Galvez, L. La Economía de los Cuidados. Deulturas Ediciones. 2016
  12. Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado (COCETA).
  13. Mondragón Corporación. 2021. [online] URL: https://www.mondragon-corporation.com/
  14. Grupo Social ONCE. 2023.  [online] URL:  https://www.once.es/
  15. Fundación San Cebrián. 2023.  [online] URL:  https://www.fundacionsancebrian.com/portal/
  16. Universo Santi [online] URL: . https://universosanti.com/
  17. Coordinadora Estatal de Comercio Justo.  [online] URL: https://comerciojusto.org/
  18. B Lab.  [online] URL: https://www.bcorporation.net/en-us/
  19. Sistema B.   [online] URL: https://www.sistemab.org/
  20. Grupo CAPSA FOOD.  [online] URL: https://capsafood.com/
  21. Danone España.  [online] URL: https://www.danone.es/
  22. Artiem Hoteles.  [online] URL: https://www.artiemhotels.com/
  23. Hotel SLEEPN Atocha  [online] URL: https://www.sleepnatocha.com/es/
  24. Holaluz.  [online] URL: https://www.holaluz.com/
  25. Almanatura.  [online] URL: https://almanatura.com/
  26. Bikonsulting.  [online] URL: https://bikonsulting.com/
  27. Felber, C. La Economía del Bien Común. Deusto, 2012.
  28. Economy for the Common Good.   [online] URL   https://www.ecogood.org/
  29. Oceanográfica.  [online] URL   https://www.oceanografica.com/
  30. Action Waterscapes.  [online] URL  https://www.actionws.es/
  31. Santo Padre Francisco. Carta Encíclica Laudato Sí. El Vaticano. 2015
  32. Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.  [online] URL: https://www.unep.org/es/regiones/america-latina-y-el-caribe/iniciativas-regionales/promoviendo-la-eficiencia-de-recursos-1
  33. Vargas, O. et al. La economía verde: un cambio ambiental y social necesario en el mundo actual. Revista de Investigación Agraria y Ambiental. 2017.
  34. To Good To Go España.  [online] URL:  https://toogoodtogo.es/es/
  35. Agrosingularity.  https://www.agrosingularity.com/
  36. Ecoalf.  [online] URL:  https://ecoalf.com/
  37. Wallapop.  [online] URL:  https://es.wallapop.com/
  38. Cash Converters.  [online] URL: https://cashconverters.es/
  39. Raworth, K. Doughnut Economics: Seven Ways to Think Like a 21st-Century Economist. Random House Uk; N.º 1 edición 2017.
  40.  Alianza Global de Banca con Valores.  [online] URL:    https://www.gabv.org/
  41. Triodos España.  [online] URL:   https://www.triodos.es/es
  42. Fiare Banca Ética.  [online] URL:   https://www.fiarebancaetica.coop/
  43. Global Steering Group for Impact Investment. [online] URL:    https://gsgii.org/
  44.  SpainNAB  [online] URL:   https://spainnab.org/
  45. Open Value Foundation  [online] URL:  https://www.openvaluefoundation.org/es/
  46. Gawa Capital  [online] URL:   https://www.gawacapital.com/
  47. La Bolsa Social.  [online] URL:   https://www.bolsasocial.com/
  48. Guayaki.  [online] URL:  https://guayaki.com/
  49. La Fagueda.  [online] URL:  https://www.fageda.com/es/
  50. Trabensol.  [online] URL:   https://trabensol.org/
  51. Moda-Re.  [online] URL:   https://modare.org/
  52. Caritas.  [online] URL:   https://www.caritas.es/
  53. Unión Europea. Pacto Verde Europeo.  [online] URL: https://www.consilium.europa.eu/es/policies/green-deal/
  54. Observatorio de Contratación Pública.  [online] URL:   https://obcp.es/

 

Abril 2023
A fondo

El movimiento B Corp

Pablo Sánchez. Director de B Lab Spain
Verónica Devenin. Assistant Professor Eada Business School

Introducción

La reconocida máxima declarada por Milton Friedman (1970), señalando que la única responsabilidad del negocio es generar ganancias a sus dueños, ha sido el mantra incuestionable del mundo empresarial por muchos años. La priorización de este único objetivo sobre toda otra consideración ha dejado a su paso un sin número de externalidades negativas, ambientales y sociales, tanto a nivel local como a nivel global. La acumulación de estos impactos ha ido moldeando la sociedad en la que nos encontramos hoy, asediada por eventos climáticos cada vez más frecuentes, por la degradación de nuestros ecosistemas marinos y terrestres, por la contaminación del aire, y también por la multiplicación de conflictos sociales en cuyos orígenes encontramos la desigualdad y la exclusión.

 

Hace algunas décadas, las empresas, o más bien sus directivos, comenzaron a tomar conciencia del impacto que tenía esta mirada desconectada del entorno y de sus grupos de interés. La pérdida de legitimidad creciente, las demostraciones de fuerza de ciudadanos y organizaciones no gubernamentales, sembraron la idea que las empresas deben ser responsables socialmente, si quieren mantener su licencia social para operar.

 

Desde entonces, el mundo empresarial ha recorrido un largo y heterogéneo camino en relación con su reposicionamiento en la sociedad. Los primeros pasos fueron la generación de iniciativas puntuales para beneficiar a un determinado grupo de interés o reducir algún impacto específico. Estas iniciativas, llamadas de responsabilidad social corporativa, han sido progresivamente superadas por la necesidad de integrar la sostenibilidad en el negocio, incorporando conceptos como los objetivos de desarrollo sostenible y la cuenta de triple resultado, poniendo en la balanza tanto los logros económicos, como los sociales y los ambientales.

 

Un tercer escalón han sido aquellas empresas que establecen como propósito central de su negocio el generar un impacto positivo. Son empresas que entienden su rol en la sociedad de una manera distinta, pues utilizan de manera explícita la potencia y los mecanismos que tienen en tanto empresas para generar prosperidad no solo a los accionistas, sino que también a sus distintos grupos de interés: trabajadores, comunidad, clientes, y también el medio ambiente. A estas empresas se les denomina empresas con propósito, dentro de las cuales podemos encontrar a las empresas B certificadas o “B Corps”.

 

Origen y evolución

Las empresas B surgieron en Estados Unidos, en 2006. Fue el resultado de una iniciativa desarrollada por Jay Coen Gilbert, Bart Houlahan, and Andrew Kassoy, quienes, tras tener que vender su empresa, evidenciaron cómo el fuerte compromiso social que la caracterizaba se perdió bajo una mirada convencional de hacer negocios (Montiel, 2023). La indefensión, en términos de no ser capaces de proteger la forma de hacer las cosas de su empresa, fue el germen de la creación de B Lab. B Lab es una organización sin fines de lucro, cuyo objetivo inicial fue crear una barrera, algo que permitiera resguardar a las empresas que querían no solo ser las mejores del mundo, sino que las mejores para el mundo.

 

Para lograr este objetivo, B Lab creó una certificación en la que se integran altos estándares desde el punto de vista del desempeño social y ambiental, así como en términos de responsabilidad y transparencia. A su vez, las empresas que se certifican deben incluir su propósito en el deber fiduciario, y firmar una declaración de interdependencia, donde la empresa se compromete a respetar los principios y objetivos que B Lab quería promover: reconocer nuestra mutua dependencia, asumir nuestra responsabilidad con los otros y con las futuras generaciones, compartir la necesidad de cambiar el mundo, conducir el negocio como un vehículo para ese cambio, buscando no solo evitar hacer daño, sino que buscando beneficiar a todos, personas y medio ambiente (B Lab, 2023).

 

Una empresa que desee conseguir la certificación debe realizar la evaluación de impacto B, que consta de cinco dimensiones – gobernanza, comunidad, trabajadores, medio ambiente y clientes – y obtener más de 80 puntos verificados sobre un total de 200. Para tener una referencia, una empresa convencional que aplica la evaluación de impacto B alcanza, en promedio, los 50 puntos. Desde 2006 a la fecha, se han certificado 6.400 empresas aproximadamente, en 89 países, 160 industrias, abarcando a más de medio millón de trabajadores (B Lab, 2023). Ejemplo de estas empresas son: Patagonia, Toms, The Body shop, Too Good to Go, Alpro, Triodos Bank. Las empresas B son, de esta forma, reconocidas por internalizar el contexto social y ambiental en el negocio, por reducir los impactos negativos a la vez que incrementar los impactos positivos, y por crear relaciones mutuamente beneficiosas con los grupos de interés (Stubbs, 2017).

 

Desde el punto de vista de estas empresas, algunas investigaciones han demostrado que las B Corp europeas han alcanzado mayores tasas de facturación después de obtener la certificación (Kirst et al, 2021). También se ha encontrado evidencia que lograr puntuaciones altas en la dimensión empleados redunda en un aumento de su productividad, y que, a su vez, una alta puntuación en clientes redunda en un mayor crecimiento en ventas (Kirst et al, 2021). Pero más allá de estos potenciales beneficios, lo fundamental es que estas empresas viven un proceso en el que toman conciencia de sus grupos de interés y que, a partir de allí, buscan redefinir la forma como la empresa responde a esas necesidades. Esto adquiere una prioridad que puede ir más allá del interés por el crecimiento del negocio (Gehman et al, 2019).

 

Además del creciente número de empresas que se han certificado, y que tienen interés por certificarse, B Lab también ha crecido. Poco a poco se ha transformado en un actor que promueve el cambio sistémico, integrando nuevas herramientas, como los Estándares de inversión e informes de impacto (IRIS), y el Sistema de calificación de inversión de impacto global (GIIRS), ayudando de esta forma a acelerar el crecimiento de la inversión de impacto. B Lab también ha promovido una forma legislativa que permite reconocer las particularidades de este tipo de empresas, de manera que puedan prosperar en diversos contextos legales, sin que necesariamente tengan que estar certificadas (Cao et al. 2017; Marquis 2021). La creación conjunta con Naciones Unidas de la herramienta SDG Action Manager para medir la contribución de las empresas a los objetivos de desarrollo sostenible es otro ejemplo.

 

En la práctica, B Lab es reconocido en el ecosistema del propósito, en la medida que, a través iniciativas como las mencionadas anteriormente, facilita el desarrollo de empresas con un propósito (Dahlmann et al. 2020). Su influencia se ha extendido a diversos países a través de capítulos locales y oficinas regionales, tales como Sistema B, en América Latina, y B Lab Europa. Pero, sobre todo, ha logrado desarrollar un movimiento, que, teniendo a la base a las empresas, ha integrado a diversos grupos de interés para amplificar el mensaje e impulsar el cambio. Este movimiento es un reflejo de lo que B Lab ha planteado como su teoría del cambio.

 

Teoría del cambio del movimiento B

La teoría del cambio de B Lab considera que el cambio sistémico es resultado de colaboraciones intersectoriales con otros movimientos y organizaciones. B Lab entiende a las empresas como un actor clave dentro del sistema económico, con la capacidad para comprometer e influenciar a los grupos de interés de este sistema, y por tanto actuar como catalizadores del cambio en un ecosistema más amplio (Normand & Devenin, 2023). Esta teoría de cambio da coherencia a las estrategias globales de B Lab: Desarrollo y evolución de estándares, y herramientas de Medición de Impacto; Certificación B Corp y compromiso multinacional; Narrativas de nuevos negocios, y marketing y comunicaciones globales relacionados; y Proponer, movilizar y articular el cambio de políticas, las que ejemplificamos brevemente a continuación.

 

Desarrollo y evolución de estándares, y herramientas de Medición de Impacto

La evaluación de impacto B es una herramienta viva que va evolucionando en el tiempo de manera de mantener los estándares de desempeño más elevados y representar los intereses de los diversos grupos de interés. La última versión (6ta) se encuentra disponible desde 2019. Estas actualizaciones se evalúan durante un período de 12 a 18 meses, e incluye los comentarios proporcionados por los usuarios de la herramienta, la identificación de temas nuevos y emergentes y mejores prácticas, la identificación de áreas prioritarias de mejora, y pruebas y análisis de datos. La actualización incluye un período de comentarios públicos de 60 días (B Lab, 2023). A principios de 2023, más de 200.000 usuarios y empresas en todo el mundo se han registrado y utilizado la Evaluación de Impacto B. B Lab ha desarrollado otras herramientas de forma colaborativa, tales como el SDG Action Manager, junto con Naciones Unidas, así como el Impact Management Platform, que orienta a las empresas en la utilización de estándares.

 

Certificación B Corp y compromiso multinacional:

El desafío de certificar empresas de gran tamaño ha llevado a la creación del B Movement Builders, un programa que orienta a las multinacionales en aquello que deben cambiar para alcanzar la certificación. Las empresas deben postular para entrar a este programa, el que implica que las grandes corporaciones multinacionales sigan los principios de las B Corp. La primera cohorte fue en 2020 con 6 empresas: Danone, Natura & Co, Magalu, Gerdau, Bonduelle, y Givaudan.

 

Narrativas de nuevos negocios, y marketing y comunicaciones globales relacionados:

El movimiento B Corp ha logrado instalar una nueva narrativa empresarial, que puede dotar de nuevo sentido a las empresas que lo adoptan, en un contexto donde las presiones del entorno obligan a una transformación: Usar los negocios como una fuerza para el bien, una nueva forma de hacer negocios, redefiniendo el rol de los negocios en la sociedad, un nuevo contrato social entre los negocios y la sociedad (Ordoñez-Ponce & Devenin, 2020). Desde este punto de partida, el movimiento B ha creado alianzas para acelerar la propagación de esta narrativa. Ejemplo de ello es la campaña Imperative 21. Esta campaña tiene a la base una coalición de 72.000 pequeñas y medianas empresas y multinacionales, cuyo objetivo ha sido abogar por un cambio en el sistema económico y la necesidad de acelerar la transición al capitalismo que priorice los grupos de interés. Es el llamado stakeholder capitalism, el cual ha sido definido como un capitalismo en el que las empresas buscan la creación de valor a largo plazo, teniendo en cuenta las necesidades de todas sus partes interesadas y de la sociedad en general (Schwab & Vanham, 2021).

 

Proponer, movilizar y articular el cambio de políticas:

B Lab ha promovido un modelo de ley (de Beneficio de Interés Colectivo), que reconoce objetivos sociales y ambientales, además del objetivo tradicional de generar ganancias, suavizando la primacía de los accionistas. Esta legislación comenzó a aplicarse en varios estados de Estados Unidos, se ha expandido a en algunos países tanto en América Latina como en Europa, y ha abierto el debate y discusión de la ley en otros países (para tener una perspectiva del avance de esta legislación, ver: Peter, H. et al, 2023). Consecuentemente, esta estrategia se ha desplegado en el ámbito local, generando iniciativas adaptadas que buscan el desarrollo de esta nueva legislación. Es el caso de B Lab España, que, en 2021, inició una campaña para el desarrollo de la ley Sociedades de Beneficio e Interés Común (SBIC).

 

El movimiento B en España

 

Siguiendo la estela internacional, el movimiento B Corp en España ha crecido un 82% durante el 2022 y ya supera las 200 empresas con una facturación agregada superior a 8.000 M € y más de 14.000 trabajadores. Este crecimiento va acompasado con unas cifras que demuestras que el impacto social y ambiental no está reñido con un buen desempeño económico: durante el 2022 las empresas B Corp en España aumentaron sus plantillas en un promedio del 32% y sus ingresos un 31%. Destaca también que el 84% de las B Corp tiene una o más mujeres en puestos de alta dirección y el 70% utiliza energía de fuentes renovables (B Lab Spain, 2023).

 

Más allá de estas cifras, uno de los hitos del 2022 ha sido el reconocimiento de las Sociedades de Beneficio e Interés Común (SBIC) en el marco de la Ley de Creación y Crecimiento Empresarial. Con este reconocimiento legal, España sigue el ejemplo de otros países europeos, como Italia y Francia, y de América Latina, como Colombia, Perú, Uruguay o Ecuador. En España, la denominación empresas con propósito permite evocar a este modelo empresarial, que caracteriza a todas aquellas empresas con ánimo de lucro que buscan proactivamente generar un impacto positivo en la sociedad y que utilizan recursos privados para solucionar problemas de naturaleza pública. Se trata, por tanto, de empresas que identifican problemas o necesidades sociales y/o ambientales en torno a un interés público y común al resto de actores socioeconómicos públicos y privados, deciden asumirlos como objetivos propios sobre los que impactar positivamente destinando recursos propios. La resolución explícita e intencionada de esta problemática social y/o ambiental constituye el propósito de la propia organización.

 

En 2021 y 2022 se publicaron el Libro Verde las Empresas con Propósito (Molina, 2021) y el Libro Blanco de las Empresas con Propósito (Gabeiras y Barahona, 2022) respectivamente, que recogían la motivación y detalle del desarrollo de esta propuesta. En este libro se recogen las principales características identificadas, que permitirían reconocer a una empresa con propósito frente a otro modelo empresarial u otro tipo de organizaciones de tipo social:

 

  • Organización privada con ánimo de lucro.
  • Da respuesta a cuestiones de interés público con recursos privados.
  • Integra objetivos de triple balance/triple impacto: económico, social y ambiental.
  • Adquiere un compromiso legal a través de la incorporación a sus estatutos de estos objetivos de impacto social y/o ambiental.
  • Incorpora controles para garantizar el equilibrio entre el beneficio económico y los objetivos sociales y/o ambientales.
  • Cuenta con criterios de medición del impacto de su actividad en el entorno y en relación a todos sus grupos de interés.
  • Alinea la estrategia a largo plazo con la continuidad del negocio.
  • Cumple elevados estándares de transparencia y rendición de cuentas (información periódica acerca de los objetivos alineados con la Agenda 2030 y del cumplimiento de dichos objetivos).

 

Asimismo, también se ha publicado un Manifiesto para el Impulso de un Nuevo Modelo Empresarial Inclusivo y Sostenible, que ha recibido el respaldo de 50 personalidades, más de 400 organizaciones y 30.000 personas. Todos los logros de esta iniciativa pueden consultarse en la web empresasconproposito.net.

 

Actualmente, está pendiente la aprobación del reglamento que permita ofrecer un marco jurídico con garantías para el posterior despliegue de políticas públicas que apoyen la adopción y aceleración de este modelo empresarial. Esta forma jurídica a la que podrá acogerse cualquier sociedad mercantil, permite a las compañías:

 

  • Brindar protección legal a directivos para considerar los intereses de todas las partes interesadas, no solo los accionistas, a la hora de tomar decisiones.
  • Crear derechos adicionales para que los accionistas tengan personas directivas y equipos responsable de considerar estos intereses.
  • Limitar estos derechos ampliados a los accionistas exclusivamente.

 

En definitiva, los requisitos asociados a la constitución de las empresas con propósito permiten blindar su misión social y únicamente se podría renunciar a ella perdiendo su estatus legal. Este reconocimiento servirá además como estímulo para que las empresas con propósito sean claramente diferenciadas por parte de los inversores, la ciudadanía los consumidores y la propia administración pública. En un momento en el que las acusaciones de greenwashing están a la orden del día, esta categoría jurídica permite enviar una señal de rigor, garantía y compromiso a los distintos actores del mercado.

 

Con todas estas acciones, el movimiento B en España está contribuyendo a crear las condiciones para que un nuevo modelo empresarial, que tiene por objetivo crear un sistema inclusivo, equitativo y regenerativo para todas las personas y el planeta, prospere.

 

 

 

Referencias:

B Lab. https://www.bcorporation.net/en-us/standards/development-and-governance Retrieved at 17/02/2023B Lab Spain. Memorial Annual 2022. https://issuu.com/bcorpspain/docs/memoria_anual_2022_b_lab_spain Retrieved at 25/02/2023

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Dahlmann, F., Stubbs, W., Raven, R., Porto de Alburquerque, J. “The ‘purpose ecosystem’: emerging private sector actors in earth system governance”. Earth Syst Gov, 4, 2020, 100053.

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Gabeiras, P., Barahona, M. 2022. Libro Blanco de las Empresas con Propósito. Coordinado por Fundación Gabeiras y B Lab Spain. Ediciones La Cultivada, Madrid.

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Kirst, R. W., Borchardt, M., de Carvalho, M. N. M., Pereira, G. M. “Best of the world or better for the world? A systematic literature review on benefit corporations and certified B corporations contribution to sustainable development”. Corporate Social Responsibility and Environmental Management, 28( 6), 2021, 1822– 1839.

Marquis, C. Better business. How the B Corp Movement is remaking capitalism. Yale University Press, 2021

Molina, M. 2021. Libro Verde de las Empresas con Propósito. Coordinado por Fundación Gabeiras y B Lab Spain. Ediciones La Cultivada, Madrid.

Montiel Vargas, A. “B Lab and the Process of Certificating B Corps”. In: Peter, H., Vargas Vasserot, C., Alcalde Silva, J. (eds) The International Handbook of Social Enterprise Law. Cham, Springer, 2023, 281-299

Normand, J., Devenin, V. “Real-World Lessons on Stakeholder Capitalism: How B Lab and B Corp Movement Catalyze Change in Society”. In: Peter, H., Vargas Vasserot, C., Alcalde Silva, J. (eds) The International Handbook of Social Enterprise Law. Cham, Springer, 2023, 355-375.

Peter, H., Vargas Vasserot, C., Alcalde Silva, J. (2023). The International Handbook of Social Enterprise Law: Benefit Corporations and Other Purpose-Driven Companies. Cham, Springer

Shwab, K., & Vanham, P. (2021). Stakeholder Capitalism: A Global Economy that Works for Progress. People and Planet. Wiley, 304.

Stubbs, W. (2017). “Characterizing B Corps as a sustainable business model: An exploratory study of B Corps in Australia”. Journal of Cleaner Production, 144, 2017, 299-312.

 

Número 13, 2023