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Aspectos metodológicos para utilizar el fotovoz como técnica de investigación social

El proyecto Fotovejez Sevilla ha utilizado como técnica de investigación el fotovoz, que, clasificada dentro de la metodología cualitativa y la investigación-acción participativa (IAP), se basa en la utilización de fotografías que son tomadas por las personas participantes y de los discursos que surgen en las sesiones de discusión.
Por Ignacio de Loyola

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Aspectos metodológicos para utilizar el fotovoz como técnica de investigación social

Ignacio de Loyola González Salgado. Investigador postdoctoral

Departamento de Sociología de la Universidad Pablo de Olavide, Sevilla.

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El proyecto Fotovejez Sevilla, ganador de la cuarta edición del concurso de Proyectos de Investigación Social 2023 de la Fundación FOESSA y desarrollado durante el año 2024, ha utilizado como técnica de investigación el fotovoz. Esta técnica, clasificada dentro de la metodología cualitativa y la investigación-acción participativa (IAP), se basa en la utilización de fotografías que son tomadas por las personas participantes y de los discursos que surgen en las sesiones de discusión de estas.

En primer lugar, antes de desarrollar el fotovoz, es necesario presentar la IAP. Dentro de esta tipología se engloban aquellas técnicas de investigación que buscan transformar la realidad de las personas, incluyéndolas de forma activa en los proyectos de investigación, así como también tratan de ayudar a generar un conocimiento liberador que sirva para empoderar a las participantes y orientarlas hacia acciones encaminadas a la mejora de su situación o la de su comunidad[i].

El fotovoz, también conocido como fotografía participativa o phovoice, en su voz anglosajona, es definido por Caroline Wang[ii], una de sus creadoras, como una técnica que permite estudiar la realidad, el contexto y la comunidad en la que viven las personas participantes mediante el uso de fotografías. Es una técnica que surge a finales del siglo XX y que se construyó sobre teorías críticas y feministas predominantes en la época[iii]. Adicionalmente, se complementó con un enfoque comunitario basado en la justicia social y la promoción de la salud. Sin embargo, en los últimos años, ha sido utilizado por diferentes disciplinas científicas para estudiar temas que van desde la discriminación y la violencia hasta el envejecimiento, la vulnerabilidad y la situación de las personas migrantes.

Es muy importante, cuando se quiere utilizar esta técnica, tener claros algunos aspectos relacionados con la finalidad de la investigación, el papel de las personas participantes y la audiencia objetivo. En primer lugar, se debe tener claro que este tipo de proyectos buscan mejorar la situación de una comunidad o grupo poblacional. Por lo tanto, se debe considerar cuidadosamente tanto la selección de las personas participantes como la audiencia objetivo, a la que, una vez terminado el estudio, se le comunicarán los resultados para tratar de atenuar las problemáticas representadas y dar respuesta a las necesidades diagnosticadas. Además, cabe mencionar que, en este tipo de proyectos, las personas participantes no actúan como sujetos de estudio, sino que participan en fases decisivas como el análisis, la redacción de propuestas y medidas que traten de dar respuesta a la problemática detectada durante el trabajo y la selección de la forma de difundir los resultados.

Podemos decir que el poder del fotovoz reside en la complementación del material visual con la regla SHOWED[iv], que se implementa en las sesiones de discusión de las fotografías obtenidas por las personas participantes. El nombre de esta metodología proviene de una regla mnemotécnica que proviene de las siguientes estrategias:

  • What do you See here? / ¿Qué estás viendo aquí?
  • What is really Happening here? / ¿Qué está pasando realmente aquí?
  • How does this relate to Our lives? / ¿Cómo se relaciona esto con nuestras vidas?
  • Why does this Exist?; ¿Por qué existe esto?
  • What can we Do about it? / ¿Qué podemos hacer con ello?

La discusión de las fotografías se realiza, por norma general, en varias sesiones en las que se establecen dinámicas diferentes que giran en torno al uso de la regla SHOWED. Sin embargo, antes de comenzar con las sesiones, se debe tener una primera jornada introductoria con las personas participantes, en las que se les explique la metodología, la finalidad del estudio, los temas estudiados, el funcionamiento de las cámaras fotográficas y como tomar fotografías. En ese sentido, debe informarse a las personas acerca del tiempo del que disponen para hacer las fotografías sobre el tema de estudio y asegurarnos de que este tiempo sea suficiente. Una vez realizadas las fotografías, el equipo investigador debe encargarse de la recogida de las cámaras, la impresión de las imágenes y su almacenamiento hasta el comienzo de las sesiones de discusión. Además, también se debe poner especial atención a la firma de un consentimiento informado para participar en la investigación donde se informe de los derechos y obligaciones como participante del proyecto, y donde aparezcan los datos de contacto de la persona responsable del proyecto. Esto facilitará la resolución de cualquier tipo de pregunta que pueda surgir entre las personas participantes.

La organización de las sesiones debe realizarse siguiendo las preferencias horarias de las personas participantes y teniendo en cuenta que estas se mantendrán en el tiempo durante, al menos, cuatro ocasiones consecutivas. Según la experiencia que hemos desarrollado durante el trabajo de campo del proyecto Fotovejez Sevilla, las sesiones han sido las siguientes:

1. Sesión de discusión inicial. En ella, las personas participantes numeran sus fotografías y hacen una primera clasificación de estas, anotando los temas con los que se relacionan en el reverso de las imágenes. En esta sesión, se empiezan a familiarizar con las preguntas contenidas en la metodología SHOWED, que es introducida por quien se encargue de facilitar la dinámica del grupo. Así, se producen las primeras conversaciones sobre las fotografías, estableciendo puntos comunes y diferencias basadas en las respuestas dadas a las cuatro preguntas anteriores.

2. Segunda sesión de discusión. En este momento, las discusiones que se producen en torno a las fotografías son algo más profundas que las que se produjeron durante la primera sesión. Al terminar esta sesión, las personas participantes deberían haber tratado parte de las fotografías seleccionadas para su discusión grupal. Aunque no suele haber un número predeterminado, en nuestro caso se había hablado de al menos tres de las cinco posibles fotografías.

3. Tercera sesión de discusión. En este caso, la dinámica grupal cambia con respecto a las dos primeras sesiones. Para ello, el equipo investigador, encargado de facilitar las sesiones, debe hacer que las personas participantes expongan, de forma individual, una fotografía de su elección, respondiendo a todas las preguntas de la metodología SHOWED. Además, en la medida de lo posible, se deben anotar las respuestas en el reverso de las imágenes. Esto servirá para que, posteriormente, el equipo investigador pueda formar códigos relacionados con la temática que se esté estudiando y se pueda llevar a cabo la última sesión de discusión. En esta sesión puede comenzar a saturarse el discurso del grupo. Cuando se produce esta situación, las propias personas participantes pueden darse cuenta de que hay aspectos que se repiten y no se está añadiendo nueva información al respecto.

4. Sesión de discusión final. En esta última sesión, las personas participantes tienen confianza y han establecido una buena relación tras haber compartido tiempo a través de las sesiones previas. La dinámica seguida en esta sesión trata de ser una especie de análisis final de las fotografías. Para ello, se presentan al grupo de participantes una serie de códigos, que han sido previamente extraídos por el equipo investigador de las respuestas dadas a las preguntas de la metodología SHOWED. Además, estos códigos pueden complementarse con otros que provengan de las notas que hayan tomado las personas del equipo investigador y de las transcripciones de las sesiones. Los códigos se clasificarán siguiendo las directrices del equipo investigador, dependiendo de la temática que esté abordando el estudio. Una vez que se ha terminado la clasificación, se comienzan a clasificar las fotografías siguiendo una dinámica similar. Esta clasificación se realiza de una forma democrática y dialogando de forma crítica. En este punto de la investigación, las fotografías no son propiedad de una persona, sino que pasan a ser del grupo. Una vez que este proceso ha terminado, se obtienen mapas conceptuales que sirven para resumir todo el trabajo realizado durante la investigación. Con la facilitación del equipo investigador, y antes de finalizar esta sesión, las personas participantes conversan acerca de las medidas que podrían tomarse para la solución de los problemas y los aspectos negativos identificados en su realidad, entorno y comunidad. Esta tarea no es exclusiva de esta sesión, pero sí es donde más fácil resulta hacerlo debido al bagaje que se ha adquirido.

 

Una vez realizado el análisis de los datos obtenidos a través de las diferentes sesiones, el equipo investigador debe planificar, junto a las personas participantes, la forma de compartir con la audiencia objetivo los resultados y las fotografías realizadas. En ese sentido, se puede recurrir a exponer las fotografías tanto en formato físico como digital, a través de una página web, así como a presentar los resultados de forma oficial, invitando a responsables políticos y otras personas con posiciones relevantes y que tengan cierta influencia a nivel comunitario.

Creemos que tanto la utilización de técnicas encuadradas dentro de la IAP como del propio fotovoz son opciones que, si pueden ser novedosas en algunas disciplinas, deben aplicarse con rigor y siguiendo cuidadosamente los trabajos realizados previamente. Esto puede ayudar a los equipos investigadores a que las técnicas empleadas y el trabajo realizado tengan el éxito deseado y puedan servir para empoderar y mejorar la realidad social de las personas que han participado en la investigación. En ese sentido, el fotovoz puede ser una técnica muy adecuada para trabajar con ciertos grupos poblacionales y problemáticas sociales, pero quizás no sea tan adecuada para trabajar con otros grupos y temáticas. Podemos afirmar que, cuando la selección de la temática, la población y el público objetivo es adecuada, este tipo de proyectos tiene muchas más probabilidades de ser exitosos y de cumplir con los objetivos marcados.

 

[i] McIntyre, A. Participatory Action Research. Qualitative Research Methods Series. London: SAGE, 2008.

[ii] Wang, C. Using Photovoice as a participatory assessment and issue selection tool: A case study with the homeless in Ann Arbor. En M. Minkler & N. Wallerstein (Eds.), Community based participatory research for health. San Francisco: Jossey-Bass, 2003; págs. 179-196.

[iii] Wang, C. y Burris, M. A. Photovoice: Concept, Methodology and Use for Participatory needs Assessment. Health Education & Behavior, 24 (3), 1997; págs. 369-387.

[iv] Wang, Photovoice: A participatory action research strategy applied to women’s health. Journal of Women’s Health, 8(2), 1999; págs 185-192.