Sobre las condiciones materiales de la maternidad, más allá de la experiencia íntima de un fracaso
Francisco Manuel Carballo Rodríguez. Profesor de Trabajo Social en la Universidad de Salamanca.
Pepa es la protagonista de Ama, una película que narra la historia del fracaso de una joven que afronta la maternidad en solitario. Pepa ha ido saliendo adelante con su hija Leila con la ayuda de algunos apoyos que acaban agotándose. La amiga con la que comparte vivienda y una relación de pareja que se intuye problemática dejan de ser el inestable sostén con el que la protagonista había contado para ocuparse de su hija. Por otra parte, Pepa no logra compatibilizar un empleo precario, como relaciones públicas en una discoteca, con sus responsabilidades como madre. Estas circunstancias harán que madre e hija se encuentren un día en la calle y sin opciones de dormir en un lugar seguro. El relato es sin duda un drama personal, a partir del cual se puede reflexionar sobre la responsabilidad individual o sobre cómo el azar determina nuestras vidas. Pero aquí dejaremos de lado esos enfoques y destacaremos lo que esta historia nos muestra sobre la experiencia social de quienes comparten, al menos, tres características: ser mujer, encontrarse en una situación vulnerable y haber vivido un periodo de crisis económica. Género y vulnerabilidad son factores inevitablemente asociados en sociedades en las cuales la integración social se produce a través del acceso y el mantenimiento del empleo, y donde las tareas vinculadas a la reproducción y a los cuidados han reposado tradicionalmente en el esfuerzo de las mujeres. En el caso de Pepa, su condición de mujer y de trabajadora del sector servicios en una zona turística se encabalga además con la experiencia de quienes tuvieron que abandonar sus lugares de origen para buscar oportunidades de vida y de trabajo en otras zonas más prosperas del país. Las regiones económicamente más deprimidas de España conocieron un éxodo masivo de jóvenes hacia lugares donde la industria o el turismo amortiguaban los efectos de la crisis económica. Quienes se acerquen a esta recomendable película reconocerán este contexto que se acaba de describir de forma somera. La crudeza con la que se muestra en esta película el resultado de la articulación entre maternidad, vulnerabilidad y crisis, debe relacionarse además con otro factor: la clase social. Si es fácil reconocer en Pepa un caso particular dentro del contingente de jóvenes emigrados hacia zonas del país dinámicamente más activas, también es sencillo identificar en ella sus orígenes de clase. Rosario, madre de Pepa y abuela de Leila, completa un triángulo de relaciones en el que la precariedad y las dificultades aparecen oscurecidas por formas de gestión privada de la intimidad, concentradas en atribuir responsabilidades individuales, que parecen transmitirse entre generaciones. Corresponde al espectador juzgar en qué medida puede hacerse de esta película una lectura como la que aquí se propone.
Título: Ama
Año: 2021
Directora: Júlia de Paz Solvas
Guion: Nuria Dunjó, Júlia de Paz Solvas
Compañías: La Dalia Films